El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, urgió a que Europa sepa dotarse de un mercado único energético para evitar tres peligros: un gran encarecimiento de la energía, «problemas serios de seguridad energética» y la gran dependencia del gas ruso por la que pasan en algunos países.
«Tenemos 28 mercados energéticos, no uno», sentenció Almunia, que no ve perspectivas de avanzar hacia la propuesta por la que aboga, lo que, además, impediría seguir avanzando contra el cambio climático porque habría que anteponer las necesidades primarias de la oferta energética y los precios.
También el presidente de Repsol, Antonio Brufau, lamentó que el continente no tenga un mercado único en este sector: «Europa debería establecer una estrategia conjunta y asumir un coste conjunto», aseveró.
En la misma línea se posicionó el consejero delegado de OHL y exministro español de Exteriores, Josep Piqué, quien apuntó que es «urgentísima» una política común energética, porque el problema de precios ya es actual, y hay que aumentar las interconexiones para conseguir de verdad el mercado único energético. Al diagnosticar la salud europea, constató «un retorno de los protagonismos nacionales, con un drama añadido: la debilidad de Francia».
