El artista burgalés afincado en Segovia José Antonio Abella falleció el viernes, 5 de julio, en Madrid a los 68 años, lo que ha provocado el pesar de toda la comunidad por esta pérdida. Escritor desde 1992 con ‘Yuda’ es autor de novelas como ‘La tierra leve’, ‘La llanura Celeste’, ‘Agnus diaboli’ o ‘El Corazón del Cíclope’, con el que ganó el ateneo de Valladolid y fue finalista del premio de la Crítica de Castilla y León. Entre sus últimos galardones, Abella obtuvo el 70º Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid.
Eso sí, en Segovia se le conoce más por su faceta de escultor gracias a la estatua alegórica del ‘diablillo’ del Acueducto, ubicada en la parte alta de la calle San Juan (aunque hay planes de trasladarlo a la plaza de Día Sanz) o el Monumento a la Trashumancia, conocido popularmente como ‘la rotonda del pastor’. En esta disciplina, participó en numerosas exposiciones y sus obras se conservan en importantes colecciones.
Las condolencias de las instituciones por el fallecimiento de Abella no se han hecho esperar. Desde el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua le describían como “una extraordinaria persona que deja atrás un gran legado”, mientras que la Junta de Castilla y León, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, lamentaba el fallecimiento, trasladando el pésame a sus familiares y amigos.
