Esther Núñez y Alfonso de Ceballos-Escalera
La práctica de la tauromaquia, la fiesta de toros, es una de las más viejas de la Península Ibérica, tienen hondas raíces prerromanas, como acreditan tantos testimonios artísticos y monumentales de épocas muy pretéritas, y baste decir que a este territorio se le viene llamando desde antiguo ‘la piel de toro’. De aquellos añejos usos y costumbres ha devenido la justamente llamada Fiesta Nacional española.
Uno de los signos autoritarios que nos van llegando cada día de la mano del mal llamado ‘progresismo’, es el fortísimo afán de imponer a toda la sociedad sus creencias, sus mitos, sus dicterios y, en fin, sus caprichos ideológicos. Todo aquello que les parece propio de personas que no les votan a ellos, o que no secundan sus planes, ha de ser inmediatamente prohibido, y por eso sobre este asunto concreto dictan el anatema y maniobran para lograr la proscripción.
En ese contexto de ‘guerra cultural’ contra los demás ciudadanos, se nota desde hace ya unos años una batalla en contra de las corridas de toros, los encierros, y todo lo relacionado con la fiesta nacional. Entendamos bien esta batalla: no es contra la cría de toros bravos, ni contra la lidia, ni contra las carreras o encierros populares, no: la batalla es contra todo aquello que contribuya a mantener nuestras raíces como pueblo, y a vertebrar a toda España. Esta última, como concepto de Nación, es lo que quieren abatir y disolver.
Hablemos claro: nada les importan los toros como animales, como seres vivientes y sintientes, no. De importarles, apoyarían la Tauromaquia, porque, sin la lidia, la raza españolísima de los toros bravos se extinguiría pronto, al perder su interés económico. También se arrasarían enseguida las bellísimas dehesas en que se crían, que son un tesoro de la biosfera, porque no serían rentables. No les importa.
Buena muestra de esa enemiga que los socialistas sienten, es el hecho de que el Gobierno del señor Sánchez subvencionó en 2023 a la Tauromaquia con 65.000 euros, frente a los ¡167 millones de euros! que recibió el Cine –‘su Cine’-, por ejemplo. Ni más ni menos.
La prohibición definitiva de las corridas de toros, como se ha hecho en Cataluña, podría haber sido el punto de partida de una prohibición extendida a toda España; pero, gracias a que en nuestra Región, como en otras, los toros fueron declarados Bien de Interés Cultural, se ha garantizado su protección como expresión cultural. Además, 41 ayuntamientos y diputaciones provinciales apoyaron y aprobaron las correspondientes declaraciones de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial.
La desgracia es que, en la actualidad, la izquierda de todo pelaje -hoy, toda ella extrema izquierda opuesta al sistema democrático-, los animalistas ‘sandías’ (verdes por fuera, rojos por dentro), y todos los que han sucumbido al razonamiento ilógico de pensar que es un crimen lidiar en la plaza con un toro, unidos también a la corriente, victimista y sensiblera, pero sobre todo ignorante de lo que es la naturaleza de un animal como es el toro de lidia.
Y es una corriente que gana fuerza entre unas generaciones de jóvenes criados entre algodones y con el ánimo tan ‘de cristal’, que se creen de buena fe cuanto les meten en la cabeza.
Por eso, parecería de obligado cumplimiento que, desde las instituciones públicas no sometidas a los dictados socialistas, en este caso desde el Excmo. Ayuntamiento de Segovia, hoy gobernado por el Partido Popular, se hubiera dedicado una ayuda económica para apoyar la fiesta nacional, más cuando se aumentó el presupuesto de las ferias y fiestas de san Juan y san Pedro en 200.000€. Presupuesto, conviene recordarlo, que fue apoyado por estos dos concejales, bien a través de un convenio anual, o bien puntualmente adquiriendo entradas, como así se hizo con uno de los conciertos. Así estaba reflejado en el pacto firmado por VOX con el Partido Popular. Sin embargo, ahora vemos bien a las claras que los ‘populares’ no pensaron nunca en hacerlo.
En el pasado Pleno municipal del mes de junio, preguntamos al Concejal de Cultura por qué razón el Excmo. Ayuntamiento de Segovia no había ni siquiera incluido en el programa de ferias y fiestas de este año la tradicional corrida de toros del día de San Pedro. La respuesta muy escueta, como suele ser habitual en el concejal señor Monroy, fue ‘porque no lo organizó el Ayuntamiento de Segovia’. Ahí está el problema, que nunca se interesaron en organizarla. Ni con los socialistas, pensamos, sucedía esto, ya que al menos en la contraportada del programa siempre figuraba la Corrida de San Pedro, exceptuando en el 2023, año en que no hubo toros.
El Excmo. Ayuntamiento de Segovia, gobernado por el señor Mazarías y sus partidarios, aporta económicamente grandes sumas, muy grandes, a varias actividades culturales -Titirimundi y Hay Festival, entre otros; también a la Fundación Juan de Borbón-. Y, sin embargo, cero euros, cero cerito cero, para los toros. Así no provocan ni revuelven a los antitaurinos, ni a la izquierda, no vaya a ser que se les abra ahí otra brecha que no necesitan porque que ya tienen unas cuantas de las que preocuparse… se unen a cuantos se oponen a la tradicional actividad cultural de nuestra Tauromaquia, olvidando -quizá no les importe- que así defraudan a sus votantes taurinos, que no son pocos en Segovia…