La Asociación Cultural La Pirona mostró todo su buen hacer en la organización de la segunda carrera pedestre que lleva su nombre, y que recorrió los caminos que circundan la localidad segoviana de Torreiglesias, cuyos habitantes vivieron una jornada festiva gracias a una prueba deportiva en la que una gran parte de la familia del atletismo popular segoviano disfrutó de los más de trece kilómetros por la la llanura cerealística, las zonas de monte o los valles de los ríos Pirón y Viejo que ponen las notas de color a Torreiglesias.
A las siete de la tarde, los más de 140 atletas senior y veteranos de las diversas categorías, tomaron la salida después de que un cohete anunciara el comienzo de la carrera, sexta del circuito de carreras pedestres que organiza la Diputación Provincial. Desde un primer momento, y hasta aproximadamente la mitad de la prueba, los grupos fueron más o menos homogéneos, con un cuarteto de cabeza en el que se integraban Rodrigo Ares, José María Rodríguez, Pedro Luis Gómez Moreno y José María Gómez Santero, y otros algo más retrasados, pero con un buen ritmo.
Fue a partir del kilómetro nueve, con el inicio de la subida hasta el pueblo, cuando Gómez Santero realizó un cambio de ritmo que nadie pudo seguir, llegando a la línea de meta en solitario, con tiempo más que suficiente para coger a su hija de la mano, y llegar prácticamente andando entre los aplausos de los espectadores que se congregaron en la línea de meta, y aún así bajando de los 50 minutos de carrera. Un minuto después comenzaron a llegar los siguientes atletas, que continuaron alcanzando la meta con mejor semblante que el año anterior, cuando el fuerte calor hizo mella en los corredores.
En categoría femenina, la presencia de Helena Herrero en la línea de salida la colocaba directamente como la gran favorita. Y la segoviana cumplió con los pronósticos, corriendo a su ritmo, que fue lo suficientemente fuerte como para ser imposible de seguir para el resto de competidoras. Ella fue la ganadora en féminas de una carrera hecha con todo el cariño por un equipo organizativo que se merece un buen aplauso.
