LA EXPOSICION:
Entramos a la sala de exposiciones del Torreón de Lozoya. Con buen ánimo esperamos iniciar un recorrido por el arte español contemporáneo desde 1950, entonces con apenas actividad ya que la mayor parte de nuestros artistas están en el exilio, en México y Argentina, sobre todo. Mientras sus nombres regresan a la memoria, no esperas que de improviso, nada más entrar en la sala, te sientas invadido por una sorprendente agresión estética al unísono de Oteiza y Chillida. Agresión estética que se va transformando en creativa y que te atrapa de tal manera que no hay puedes salir de las cuatro baldosas en las que se asientan tus pies. Los Apóstoles te hipnotizan y no puedes pensar más allá de esas figuras de bronce con pátina oscura. En esa situación tan perturbadora una voz te avisa: “Es por aquí”, y reconoces a Tápies que sale al rescate y te indica que debes moverte hacia el este de la sala y salir así de la fascinación creativa de los escultores del norte. Ese camino te conduce al informalismo matérico. Un viaje de trazos o trozos, o trozos y trazos, seudo oscuridad de grises y negros contrapuestos a la materia que protagonizan composiciones que tratan de saltar hacia ti. Esa “Forme gris bleuâtre”, que quiere saltar me recuerda el “Baptême du feu” de mi vecino en Le Havre, Jean Dubuffet, creada también a finales de la época de los 50, a quien el artista catalán conoció en París y con quien seguramente compartió planteamientos sobre su “art brut” tan presente en su obra . Esos viajes a la capital francesa de Tapies y algún otro artista español, que significaron el contacto artístico con un exterior lejano y prohibido en una de las épocas más oscuras de la dictadura franquista, van a dar paso a las corrientes – tendencias de la segunda mitad del siglo XX motivo y objetivo de esta exposición. “Es por aquí”…
La búsqueda de contrastes parece que incite al desprecio del color, más negros, más grises, juegos con las bases blancas, negro sobre blanco, ¿o es al revés? Aquí los chicos de El Paso, Canogar, Saura, Millares ,Serrano, Feito, Viola …… representan un arte colectivo bastante desconocido hasta entonces en nuestro país (1957-1960). Mas París y otras ciudades referentes europeas sirvieron para ir posicionando esos negros, grises, materia, y ya algún toque de color, fuera de la España aislada. El Paso significa en el arte español contemporáneo un antes y un después y el conjunto de obras expuestas nos ofrece una objetiva y estupenda muestra de ese “arte inquietante”, de concepciones artísticas originales y largamente trabajadas.
Pasos después estamos ante Zóbel, ante ese Grupo de Cuenca que tanto va a representar en el arte español, gracias a la iniciativa de un personaje singular, gran conocedor del mundo artístico fuera y dentro de nuestras fronteras, valedor del ya llamado “arte abstracto”, que nos llegaba bastantes años después de los Kandinsky, Klee, Leger y compañía, ahora sí, con la fuerza y creatividad suficientes como para posicionarse como alternativa a otras concepciones y tendencias. La apertura del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, genial empeño de Fernando Zòbel, da visibilidad y continuidad a artistas como el propio Zóbel, Torner, Lucio Muñoz, Guerrero, Rueda, Hernández Mompò, etc., que más allá de la expresión o la geometría van a configurar universos distintos, reflexiones sorprendentes que procuran sensaciones y emotividades que conmueven el espíritu y la conciencia. Aquí, en las salas dedicadas a estos artistas, nos encontramos con abstracciones poéticas, reflexivas, sutiles, que recuperan el color y el trazo, las formas dentro de otras formas, con guiños a realismos deformados, posibles e imposibles, que nos conducen a la abstracción geométrica, de nuevo Oteiza, a las caricias de Sempere, al equilibrio constructivo de Palazuelo
Sin recuperar el aliento nos adentramos en otras geometrías, las del Equipo 57, las equilibrantes y delicadas de nuestro genial José María García Moro y las ensoñadoras propuestas de Teixidor y Hernández- Pijuan.
El cartel nos dice que entramos en la tendencia Concepto y Naturaleza. Mis ojos me llevan sin dudar hacia mi admirado y querido Joan Brossa, con el recuerdo de su más que extraordinaria exposición en La Casa del Siglo XV en octubre de 1978 que me permitió conversar y escribir sobre su obra y su persona. Dos poemas-obras singulares, geniales su bastón quebrado y su reloj, nos dan una pequeña idea de su mundo tan singular e inquietante. Eva Lootz y sus superficies imposibles. Inclasificable Miura, el”barco” de Schlosser, sorprendente Valcárcel ……
El Equipo Crónica nos devuelve a la figuración y al color, Arroyo al cielo y a los campos inmensos y Genovés nos comprime socialmente a una eterna espera para pasar la frontera de la nada. Y flotando en el infinito Villalba nos recuerda que somos alguien encerrados en lo trasparente. Encuentro con el color, con la alegría de las formas azules y rojas, lecciones de modernidad sin abandonar la armonía de transitar entre las manchas, los destellos, los azules y los rojos. Gordillo nos llena de vida, Pérez Mínguez de reflexión y Pérez Villalta nos retoma en el caos y nos refugia en una casita de baldosas negras y blancas. En otra habitación Alcolea y Cobo nos deforman, nos vuelven a saturar de rojo y nos trasladan sin tiempo para pensar a los campos de color, a la poesía concebida y pensada detrás de la abstracción de los azules. Quizás al lado estén Hamilton, Blake o Philips, quizás también Francis Bacon. Este frenético último viaje termina en los infinitos de Esteban Vicente y Rafols- Casamada. No queremos salir de ese mundo onírico pero los espectros de Barjola y sus mujeres nos atrapan en otros mundos ahora deformes y cercanos. Las letras nos dicen que esta tendencia es la nueva figuración expresionista.
Y llegamos al final de este paseo de 50 años con una cascada de propuestas plenas de creatividad y sorpresa. Ensayos sobre todo, dimensiones, formas, colores, conceptos y experiencias. Sicilia, Barceló, Uslè, Broto… nos dejan exhaustos en la orilla de la comprensión, la emoción y los sentidos. Nos siguen asaltando conceptos como la frialdad deliberada, los equilibrios en mundos caóticos, o la provocación del caos en sociedades sórdidas y manipuladas. Intentos de hacer habitual lo insólito.
En la salida la amable señorita trata de compadecernos en nuestra ensoñación, y con voz susurrante nos indica que “hay más en la sala de las Caballerizas”. Al entrar allí, entre la humedad y el ladrillo, efectivamente resuenan los ecos del arte en Segovia. Aquí se encuentran algunos de los amigos y compañeros con los que hemos compartido arte y experiencias, Baixeras, mi querido Luis Moro, Madrigal, Mesa, Mon, Alberto Reguera, Eloísa, Patricia Juan Pita. . . . . .reconocidos y valorados aquí, allá, y en otros países y continentes. La sucesión de obras te procura sensaciones extrañamente imaginables y en un ejercicio de reflexión personal agradeces a la comisaria de la exposición Ana Doldán y al promotor y presidente de la Fundación Arte Cultura y Patrimonio José Manuel de Riva el esfuerzo por conseguir esta selección de obras relevantes de artistas que son ya historia de nuestro arte contemporáneo. No están todos los que fueron y son, pero si fueron y son todos los que están.
EL HOMENAJE A LA CASA DEL CASA DEL SIGLO XV:
Al salir del Torreón de Lozoya las nubes juegan con los rayos del sol. Desde la terraza de El Ojo, contemplo la hermosa fachada del edificio de La Casa del Siglo XV iluminada ahora por ese sol temeroso que se cuela entre la iglesia de San Martín y la estatua de Juan Bravo. En un arrebato de nostalgia me veo en el poster verde y gris donde Jesús y Ángel me colocaron junto a ellos en la puerta de esa fachada allá por el año 1978 en el 15 aniversario de la Galería. Un placer y un honor figurar a su lado y al de otros 20 artistas que configuraban la exposición “Artistas de Segovia “y que daba cuenta de la sensibilidad de los hermanos Serrano, no solamente hacia el arte español en general, sino al que se generaba en Segovia en particular. En esa exposición estaban Alvarado, Baixeras, A y JM Contreras, Cristóbal Higuera, Esteban Drake, Gonzalez de de la Torre, Lorenzo Tardón, Carlos Marinas, Muñoz de Pablos, JM Moro, Madrigal, Mon Montoya, Aurora de la Puente, F Rodrigo, Sanz Aldea, L. Silva, Yraola, JM Yagues y M. Zuloaga.
En quince años La Casa del Siglo XV ya era considerada un referente en el panorama artístico en nuestro país y su leyenda como Galería siguió incrementándose en los años siguientes merced a su saber hacer, su dedicación, su intuición y su profesionalidad, así hasta su cierre al finalizar el siglo. Después de casi 40 años, atrás quedaban un gran número de exposiciones de extraordinarios artistas y una actividad cultural de primer orden. Cada exposición era una cita ilusionante con planteamientos creativos novedosos y emotivos que se disfrutaban en profundidad con almendras y cava que Carmen, Aurora, Jesús y Ángel nos ofrecían. Sensación de enorme cariño y afecto hacia ellos. En los años siguientes el Ayuntamiento alquiló las instalaciones y acometió reformas sin apenas programación cultural quedando relegada la Galería a una especie de oficina fantasma municipal. En 2005 propuse recuperar la actividad expositiva y en ese sentido la sala pudo albergar la exposición “Mas allá de las palabras” con obras de diferentes artistas y en 2007 las exposiciones de Alberto Bañuelos y Luis Moro que tuve el placer de comisariar. El Ayuntamiento se retiró y en 2009, a través de la Fundación HAIAC, conseguimos abrir la Galería África en La Casa del Siglo XV que ofreció un buen número de exposiciones de artistas africanos y segovianos durante varios años. Nuevo cierre y tímido intento de apertura en 2017.Cerrada definitivamente en estos últimos años, la Fundación Arte Cultura y Patrimonio plantea el esperanzador proyecto de recuperación de La Casa del Siglo XV como espacio de arte. No ha sido posible por “cuestiones técnicas” según el Ayuntamiento. Parece increíble que esta ciudad haya podido dejar perder la oportunidad de recuperar un espacio por donde han pasado la mayoría de los grandes artistas de nuestro país, Picasso, Tapies, Miro…en centenares de magníficas exposiciones y que es parte ya de la historia del arte contemporáneo. Increíble pero cierto ¡Ay Segovia! Un gran detalle de consideración y reconocimiento por parte de la Fundación de hacer en esta muestra un homenaje a La Casa del Siglo XV y un sentido agradecimiento personal por intentar recuperar algo tan nuestro y tan de todos los amantes del arte.
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Autor: Eliseo de Pablos, museólogo, museógrafo, comisario y promotor de exposiciones.
