El día de San Juan, santo que da nombre a las fiestas de Segovia (en tándem con San Pedro), tiene su preludio en una noche mágica, en el solsticio de verano que, aunque oficialmente se correspondió con la madrugada del pasado martes, tradicionalmente se vincula a esta fecha del principio del verano, amiga del jolgorio y del desparrame.
La Noche de San Juan se vivió en Segovia con la el encendido de la hoguera, en la Plaza Mayor, a media noche, donde quienes quisieron arrojaron al fuego, por intermediación de los bomberos, lo malo, aquello para olvidar (algunos apuntes terminaron chamuscados después de los exámenes), y también se pidieron buenos deseos. La Charanga Chicuelina animó la espera al numeroso público que se echó a la calle aprovechando la agradable temperatura. Siguió una verbena, a cargo del grupo La Mundial, también muy concurrida.
Unos pocos continuaron de madrugada para ver la salida del sol dando vueltas en el entorno de la ermita de San Antonio de Juarrillos. El día de San Juan, al ser viernes laborable, fue tranquilo durante la mañana, con títeres en el barrio de Santa Eulalia a cargo de La Pícara Locuela.