El Real Madrid se impuso ayer al Sporting de Gijón en el partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, por lo que los blancos suman tres puntos que les permitirá salir líderes la próxima semana del Camp Nou, independientemente de lo que ocurra en el clásico, mientras que los asturianos continúan penúltimos de la tabla.
La táctica de Javier Clemente era clara: aguantar todo lo posible con el 0-0 e intentar marcar algún gol al contragolpe que le diera la victoria. El técnico vasco salió con solo tres jugadores de corte ofensivo y desde el primer minuto se vio que el planteamiento del equipo era el de poner una muralla en el área para evitar la goleada.
El bloque de Mourinho intentó una y otra vez perforar la barrera que había plantado su adversario, pero se estrelló continuamente con los defensas rojiblancos. Pasaban los minutos y los locales se veían frustrados al no poder conseguir un gol que les abriera el partido, mientras que el cuadro asturiano empezaba a crear algún peligro a la contra.
Trejo llegó hasta Casillas aprovechando un fallo de Arbeloa, pero el cancerbero logró enviar el balón a córner. Los madridistas no tardaron en responder con un gol de Higuaín que fue anulado correctamente por fuera de juego.
El Sporting vio posible sacar algo positivo del coliseo de La Castellana, sobre todo cuando se adelantó en el marcador con un penalti de Sergio Ramos. Los fantasmas de la temporada pasada empezaron a aparecer por el feudo blanco, pero la afición se volcó con los suyos y consiguió meter a su equipo en el partido, lo que agradecieron los jugadores consiguiendo el empate tras un centro de Ramos que Higuaín remató solo a la red de Juan Pablo.
Tras el paso por los vestuarios, Mourinho dio entrada a Di María y Benzema para buscar los tres puntos, mientras que Javier Clemente continuó fiel a su estrategia y retiró del terreno de juego al único delantero que había salido en el once titular.
Pese a los cambios, los blancos no consiguieron crear excesivo peligro hasta que apareció Di María. El argentino robó un balón en el centro del campo y vio la oportunidad de meter un centro al área, donde esperaba Cristiano Ronaldo para poner el segundo en el marcador.
A partir de ese momento, el Sporting de Gijón, sin ningún delantero puro, se resignó a perder, esperando que los locales no marcasen más, aunque Benzema acabó sentenciando el encuentro tras un pase de Özil (3-1).
De esta forma, el Real Madrid continúa primero de la clasificación. Además, los blancos se aseguran que saldrán líderes del Camp Nou, independientemente de lo que ocurra en el clásico que se disputará el próximo sábado. Por su parte, los de Clemente se quedan penúltimos, con 28 puntos y a siete de la salvación.
Además, con este triunfo, el Real Madrid igualó el récord de goles en una sola temporada liguera. Ya suma 107, los mismos que consiguió el en la campaña 1989-90, con el galés John Benjamin Toshack en el banquillo.
Ya en las dos últimas temporadas había amenazado con echar abajo la plusmarca, con 102 dianas, pero lo ha igualado en esta, cuando aún faltan cinco jornadas para que concluya el torneo.
Por otro lado, también cabe destacar que, en el minuto 37, hubo una jugada en la que el entrenador ‘merengue’, José Mourinho, se enzarzó con el banquillo rival. Desde allí se había lanzado en un par de ocasiones un balón al terreno de juego y Pepe lo devolvió con un balonazo que no dio a nadie.
En ese preciso momento, el portugués se acercó y se disculpó con Quini, pero le empujaron, por lo que se montó un rifirrafe en la zona del cuarto árbitro. El técnico se echó el dedo índice a la sien señalando que estaban locos. El colegiadoPérez Montero intervino para calmar los ánimos y mostró la tarjeta a un suplente del equipo visitante. Al final, la cosa no llegó a mayores y las aguas volvieron a su cauce.
