Desde el pasado 18 de mayo, la ciudad de Segovia disfruta de la Exposición Tendencias artísticas en España 1950-2000, Homenaje a la Galería “La Casa del Siglo XV”, organizada por Fundación Arte Cultura y Patrimonio en el Torreón de Lozoya.
La muestra, que está abierta al público de manera gratuita hasta el próximo 28 de julio, concentra cincuenta años de la historia artística de España y lo hace rindiendo homenaje a uno de los epicentros culturales de la ciudad durante casi medio siglo: la galería “La Casa del S.XV”. Un espacio que situó a Segovia en el mapa artístico nacional e internacional.
Picasso, Emiliano Barral, Joan Brossa, Eduardo Chillida…son algunos de los nombres que resonaron y expusieron su arte en este singular espacio. Para acercarnos a la historia de la icónica galería y entender por qué se ha decidido ahora realizar un reconocimiento a su trayectoria, hablamos con Ángel Serrano fundador, junto a su hermano Jesús, de este espacio, que abrió sus puertas el 28 de diciembre de 1962. También nos acompaña Aurora de la Puente, viuda de Jesús. Juntos nos explican cómo surgió la idea de abrir esta galería en Segovia en la década de los sesenta y a qué retos y éxitos han tenido que enfrentarse durante sus casi cuarenta años de historia.
— La exposición tendencias artísticas “La galería la Casa del Siglo XV” de Fundación Arte, Cultura y Patrimonio ¿Es un homenaje a vuestro trabajo de galeristas durante casi medio siglo, ¿cómo lo reciben?
—Ángel Serrano: Lo recibimos con mucha emoción porque es un reconocimiento al trabajo de mi hermano Jesús Serrano y al mío propio. En su momento construimos un espacio muy innovador cuando en Segovia no había aún lugar para el arte. Estamos muy agradecidos de que la Fundación Arte, Cultura y Patrimonio haya conseguido reunir un número tan impresionante de obras y autores que son un fiel reflejo de todos los que estuvieron presentes en los casi 40 años de vida de nuestra galería.
— ¿Cuál era vuestra vinculación al arte antes de decidiros a poner en marcha la galería?
—Ángel Serrano: La mía, en principio, ninguna. Mi padre murió en el año 44 con tan solo 47 años y yo, que por entonces tenía 10 años, enseguida entré a trabajar en al negocio familiar que era una zapatería. Allí estuve hasta los 28 años que es cuando nos decidimos a abrir la galería.
Mientras tanto, mi hermano Jesús hizo el Bachiller y se fue a estudiar Ingeniería Agrícola a Madrid. Aparentemente su vinculación al arte tampoco parece demasiado obvia, pero, Jesús ha sido siempre un artista “invisible”, un hombre creativo. Dibujaba, pintaba, hacía escultura, un poco de todo, pero sin exponerse. Él siempre quiso estudiar Bellas Artes, pero era algo bastante impensable en aquella época.
Por tanto, el arte llegó a nuestra vida un poco por casualidad. A mí siempre me había interesado a nivel personal y la influencia de las vanguardias presentes en Madrid en la vida de Jesús, durante sus estudios académicos, precipitó la idea de acercarlas a Segovia.
—¿Cómo se consolidó la idea de crear esta galería?
—Angel Serano: Jesús y yo éramos muy distintos, pero nos complementábamos a la perfección. Éramos realmente dos en uno y teníamos las ideas muy claras. Estuvimos mucho tiempo estudiando la posibilidad de abrir una galería de arte en Segovia y acercar a la ciudad el panorama artístico que se estaba gestando en el resto de España. Nos decidimos por establecerla en la que hoy en día se conoce como “La Casa del Siglo XV”, porque era el lugar en el que crecimos. De hecho, nuestra casa familiar, en la que vivimos con nuestra madre, estaba situada allí y para nosotros era el espacio perfecto, por su valor histórico, por su centralidad y por su cercanía.
Fuimos nosotros quienes tuvimos la idea de nombrarla como “La Casa del Siglo XV” porque creíamos que el nombre que eligiésemos para galería era esencial (hasta entonces era conocida como la casa de Juan Bravo) y fue una buena estrategia de marketing porque hoy en día todo el mundo la conoce por ese nombre.
Inauguramos la galería un 28 de diciembre, el Día de los Santos Inocentes y creo que mucha gente de Segovia lo vio con escepticismo, como si fuese una broma. Era algo inusual apostar por el arte en una ciudad tan pequeña y por entonces tan conservadora, como era Segovia.
— ¿En qué consistía exactamente el concepto de galería-tienda “La Casa del Siglo XV”?
—Ángel Serano: Era la manera de poder sostener la galería y permitirnos seguir apostando por traer nuevos artistas a Segovia, pero además era en sí mismo una pequeña muestra de objetos seleccionados con mucho criterio estético. Una apuesta por lo diferente, lo contemporáneo y un espacio en el que los segovianos de la época podían acercarse al diseño más innovador a nivel nacional e internacional.
Aurora de la Puente: El espacio era una reivindicación de lo artesanal: cerámica, jarrones de cristal sueco, joyas de orfebres catalanes, diseñadores creativos y muy innovadores…En definitiva piezas muy selectas y exquisitas, diferentes a lo que se veía en la ciudad en aquella época.
También contábamos con un espacio para la música, en el que se vendían discos y, por supuesto, la zona de galería. Tres ambientes que se complementaban de manera magnífica y estaban estrechamente interconectados. Era realmente una burbuja dentro de Segovia, algo muy nuevo y diferente con mucha calidad.
— ¿Y en los primeros años, cómo fue la acogida?
— Ángel Serano: No fue fácil, eran los años 60 y todo era más complicado, especialmente si te dedicabas al mundo artístico y apostabas, como hicimos nosotros, por muchos artistas que se encontraban un poco en los márgenes. Por ejemplo, fuimos los primeros en exponer a Picasso tras la guerra civil y, en el año 65 tuvimos al magnífico Emiliano Barral. Un autor que provenía de una familia de canteros de Sepúlveda, que se dedicaban sobre todo a hacer lápidas y que, sin embargo, acabó convirtiéndose en un escultor de fama mundial. En aquella época exponer a Barral era prácticamente un sacrilegio, recuerdo que una amiga de mi madre nos dijo que cómo podíamos hacer una muestra de un excomulgado (ríe). Era una sociedad aún muy cerrada que a veces veía con malos ojos a estos artistas porque no entendían su arte, sobre todo el de aquellos que apostaban por estilos no figurativos, pero nosotros teníamos claro que queríamos potenciar el talento de nuestros artistas y de su obra, por encima del resto de circunstancias.
Además, en aquella época todo lo que hacíamos tenía que pasar un control exhaustivo. Si conseguíamos que nos patrocinase el Ayuntamiento eliminábamos innumerables problemas de responsabilidad política, pero desafortunadamente no siempre era así. El proceso de adquirir los permisos necesarios era tremendo, porque tenías que ir a hablar con Turismo, con el Gobierno Civil… A cada uno le teníamos que enseñar los carteles y todos los materiales que habíamos preparado para la exposición y cuyos gastos salían íntegramente de nuestro bolsillo. Además, sabíamos que no podía haber nada demasiado controvertido, para no poner en riesgo la exposición y que todo ese trabajo quedase finalmente en nada.
— Y, sin embargo, la galería puede considerarse un éxito ¿qué marco ese triunfo?
—Ángel Serrano: La clave del éxito han sido sin duda los artistas y sus obras. La camaradería que creamos con ellos durante todos esos años, el apoyo mutuo. Cuando hacíamos una exposición venían de todas partes de España artistas que ya eran amigos para apoyarnos y para ayudarnos a difundir nuestro trabajo más allá de Segovia. En el mundo del arte a nivel nacional siempre se nos ha reconocido, lo que hacía que muchos artistas quisiesen exponer aquí y creo que podemos decir que ninguno de ellos se ha ido descontento. Creamos en esos años un lugar de encuentro para el arte, la intelectualidad y la cultura en el centro de Segovia, no solo a través de las exposiciones, sino también, gracias a los encuentros informales, cenas y salidas con los artistas que nos acompañaban.
Aurora de la Puente: Otro punto que considero muy importante es el mimo que ponían Ángel y Jesús en cada nueva exposición. Por ejemplo, se cuidaba mucho la cartelería de la exposición, cada cartel lo realizaba Jesús personalmente y eran auténticas obras de arte. Estos carteles se enviaban a Madrid, a Sevilla, a Valencia a Barcelona e incluso a compañeros galeristas de fuera de España. Aquí en Segovia los repartíamos por comercios, por bares y por zonas transitadas, haciendo un verdadero trabajo de difusión y publicidad de la muestra.
Y por supuesto, el compromiso ético y estético que han tenido tanto Ángel como Jesús con todas las exposiciones. Las montaban con un rigor increíble, se medía la altura a la que se debían colgar los cuadros, se tenía en cuenta su tamaño, su distribución… el objetivo era poder dar el máximo valor al autor y a su obra.
— ¿Consideran que la galería fue de alguna manera una ventana de oportunidad para los artistas segovianos?
—Ángel Serano: Sí, sin duda lo fue. No solo pudieron conocer a otros artistas sino también les dio la oportunidad de salir con ellos, de convivir, de inspirarse, de desear dedicarse al arte o potenciarlo, incluso de vender sus obras. La galería también se convirtió, en su momento, en una fuente de atracción de artistas que llegaban a Segovia enriqueciendo mucho el panorama artístico existente hasta entonces.
Aurora de la Puente:
Llegué a Segovia desde León. Cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en 1964, me concedieron la beca de Paisaje denominada de “El Paular” en Segovia y que consistía en residir el mes de agosto en la ciudad para pintar paisaje y después se exponía una selección de lo que habíamos pintado. En esta residencia coincidíamos con los estudiantes extranjeros y el ambiente era muy cordial. Se celebraban actividades como charlas, coloquios, reuniones a las que asistían personas de Segovia. Así conocí, entre otros, a Jesús y a Ángel y también la galería que ya estaba abierta. Jesús y yo nos casamos en 1969.
Terminé la carrera en 1965 con el título de Profesora de Dibujo y desde entonces me he dedicado a la docencia.
— ¿Además de poder contar con grandes artistas, qué iniciativas de la galería recuerdan con especial cariño?
—Ángel Serrano: Recordamos especialmente los momentos informales que compartimos con los artistas antes y después de cada exposición. También algunas iniciativas curiosas que funcionaron muy bien como por ejemplo la muestra que hicimos de “Arte por correo”.
Para poner en marcha este proyecto se hizo una convocatoria a nivel internacional en la que la única condición que se ponía, a las personas que quisieran participar, es que las piezas artísticas que nos mandasen fuesen pequeñas porque nos debían llegar por correo y nuestra idea era exponerlas todas. Fue todo un éxito, tuvimos como 200 o 300 contestaciones: desde Australia, Polonia, Ucrania, varios países nórdicos y del este… dando forma a una exposición interesantísima y muy variada, con una respuesta global.
Aurora de la Puente: Otra anécdota curiosa es que en el año 74 casi consiguieron empaquetar todo el acueducto de Segovia de la mano del artista búlgaro Christo Vladimirov Javacheff, conocido por realizar este tipo de performance en monumentos y espacios naturales de todo el mundo. Aunque estuvieron varios meses trabajando en esta idea, finalmente, no pudo ser… pero recordamos todo el proceso con mucha nostalgia y cariño.
Además, algunas exposiciones se realizaban en la plaza de Medina del Campo, frente a la galería, y en la Plaza Mayor y se sacaba el arte a la calle y a algunos pueblos de la provincia.
