El escritor y académico Miguel Delibes, patriarca de las letras españolas y maestro de la narrativa del siglo XX, falleció ayer a las siete de la mañana en su casa de Valladolid, rodeado de sus seres queridos, a los 89 años.
La salud del Premio Cervantes de 1993, que fue operado de un cáncer de colon en 1989 nada más publicar El hereje -su última novela-, se había agravado drásticamente en las pasadas horas y desde el jueves estaba inconsciente.
Tras este empeoramiento, sus hijos cancelaron todas sus actividades para estar cerca del escritor, a cuyo domicilio telefoneó anoche el Rey para interesarse por su estado.
La capilla ardiente de Miguel Delibes quedó instalada sobre el mediodía en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Valladolid, en un recinto presidido por un óleo del escritor, obra del pintor Álvaro Delgado, para recibir el último adiós de sus conciudadanos.
Más de un centenar de personas esperaban desde horas antes de la apertura de la capilla para despedir a uno de los hijos más ilustres de esta ciudad, cuyo espíritu está presente en muchas de sus calles en las que su nombre aparece en placas que marcan la ruta de El hereje.
La llegada de los restos de Miguel Delibes a la capilla ardiente fue recibida con una gran ovación y gritos de «maestro».
Seis de los siete hijos del escritor -uno de ellos, Juan, viajaba de regreso a Valladolid-, así como sus nietos, aguardaban la llegada de los restos del escritor.
Las cenizas del literato serán depositadas en el Panteón de Vallisoletanos Ilustres del Cementerio del Carmen de Valladolid, una vez que su cuerpo sea incinerado según informaron fuentes municipales.
El funeral por el académico y escritor se celebrará hoy en la catedral metropolitana.
Para conjugar los deseos del escritor de descansar junto a su esposa, Ángeles de Castro, y del Ayuntamiento de Valladolid de que esté en el Panteón de Vallisoletanos Ilustres, los restos de su esposa serán trasladados a este emplazamiento, donde reposan figuras como los escritores José Zorrilla y Rosa Chacel.
La familia Delibes expresó su deseo de que el acto en el cementerio, cuya fecha está aún por determinar, tenga carácter íntimo.
El escritor, periodista y académico de la Lengua Miguel Delibes fue uno de los grandes maestros de la narrativa del siglo XX, a la vez que sabio conocedor del hombre, el lenguaje y el paisaje castellanos.
Delibes se consideraba «un narrador rural apasionado por la naturaleza» que abordó en su obra Castilla y su drama y que siempre se mantuvo fiel a sí mismo.
Sus textos literarios son un retrato fiel y crítico de las tierras y hombres de su Castilla natal, además de un alegato en favor de la naturaleza y de la armonía entre el hombre y el medio natural.
Viajero, cazador, pescador y amante de la naturaleza, Miguel Delibes nació el 17 de octubre de 1920 en Valladolid, ciudad en la que transcurrió su vida.
Cursó las carreras de Comercio, Derecho y Periodismo. En 1946 obtuvo la cátedra de Derecho Mercantil en la Escuela de Comercio de Valladolid, labor que le llevó durante seis meses de profesor visitante a la Universidad de Maryland (EEUU).
Empezó profesionalmente en la banca y después compaginó durante años docencia, periodismo y literatura.
Fue en el diario vallisoletano El Norte de Castilla donde ofició sucesivamente de caricaturista, redactor y director donde comenzó a cultivar la concisión formal y el hondo calado humanista que desprende toda su obra, que comprende alrededor de 70 títulos. En 1963 decidió abandonar el rotativo debido a la censura.
Elegido académico de la Lengua el 1 de febrero de 1973, ingresó en esta institución el 25 de mayo de 1975 para ocupar el sillón e, vacante del polígrafo Julio Guillén Tato, con el discurso El sentido del progreso desde mi obra.
Muchos libros del autor fueron adaptados al cine, la televisión o el teatro. En la memoria quedarán, sin embargo, la interpretación de Francisco Rabal del Azarías de Los santos inocentes en la adaptación a la gran pantalla que realizó Mario Camus en 1984, y, en los escenarios, la representación del monólogo Cinco horas con Mario a cargo de la actriz Lola Herrera.
En 2007 aparecieron los dos primeros volúmenes de los siete que conformarán su obra completa, supervisados por el autor.
Ese mismo año, con motivo de su 87 cumpleaños, se celebró un congreso internacional en la Universidad vallisoletana en cuyo transcurso fue presentado el libro Luces, trazos y palabras, homenaje de una treintena de poetas como Victoriano Crémer, Antonio Colinas y Gustavo Martín Garzo.
Miguel Delibes, padre de siete hijos -uno de ellos el escritor y científico especializado en temas medioambientales Miguel Delibes de Castro- fue intervenido de un tumor de colon en 1998, año en que apereció El hereje, novela tras la que se despidió de la narrativa.
Entre los numerosos galardones recibidos por Delibes a lo largo de su carrera figuran el Premio Nadal (1947) por La sombra del ciprés es alargada; el Nacional de Literatura (1955), por Diario de un cazador; y el de la Crítica (1962), por Las ratas.
En 1982 compartió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras con Gonzalo Torrente Ballester y en 1993 ganó el Premio Cervantes.
En 2008 fue investido el doctorado honoris causa por la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca por considerarle un ecologista y amante de la naturaleza.
Delibes recibió en 2009 la Medalla de Oro de Castilla y León en su domicilio de Valladolid, que le fue impuesta por el presidente de esta comunidad autónoma, Juan Vicente Herrera.
