El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha asumido el control de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, que forman parte de la comunidad de religiosas clarisas que el pasado día 13 anunciaron su salida de la Iglesia católica.
Además, ha requerido al falso obispo excomulgado, Pablo de Rojas, y al portavoz de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, José Ceacero, que abandonen el convento de Belorado, en el que se encuentran desde el anuncio del cisma.
La Santa Sede ha nombrado a Iceta ‘comisario pontificio’, lo que supone otorgarle poder total sobre los monasterios, en la toma de decisiones tanto administrativas y de vida religiosa como patrimoniales, incluida la representación legal en el ámbito civil, ha explicado el arzobispo en una rueda de prensa en la sede del Arzobispado de Burgos.
El nombramiento ha sido comunicado a la comunidad de clarisas a través del envío, este martes por la tarde, de un burofax a sor Isabel, que ha sido madre abadesa durante los últimos años y cuyo mandato ha expirado justo ayer.
La toma de control por parte de Iceta tiene “efectos inmediatos” y, con la colaboración de despachos profesionales de servicios jurídicos, el Arzobispado irá tomando las medidas oportunas para conseguir la salida de Pablo de Rojas y José Ceacero, así como para proteger a la comunidad de religiosas y el patrimonio vinculado.
El vicario judicial, Donato MIguel Gómez Arce, ha indicado que la investigación por un supuesto delito de cisma, ante el anuncio del abandono de la Iglesia católica para ponerse bajo la tutela de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli y del excomulgado Pablo de Rojas, sigue avanzando.
Iceta ha indicado que la renuncia expresa y pública a la iglesia católica las situaría, por decisión libre y personal, al margen de la Iglesia, por lo que sin necesidad de juicio canónico se abriría un procedimiento que acabaría con la excomunión de las religiosas y su expulsión de la vida consagrada.
