Juan Rodríguez-Briso, director de cine.
— ¿Cómo surgió la idea de hacer un documental sobre la Controversia de Valladolid?
—Surgió a raíz de una visita al Museo Nacional de Escultura, donde nos explicaron que allí había tenido lugar este trascendental debate. Me pareció que era un hecho muy importante, pero a la vez demasiado desconocido, no solo en Valladolid, sino en el resto de España y te diría que casi en el mundo. Así que comencé a investigar sobre el tema y pensé que el audiovisual sería una gran herramienta para darlo a conocer más.
— ¿Cómo escogió el formato audiovisual concreto?
—Inicialmente pensamos adoptar el formato clásico de documental, es decir, con entrevistas a expertos. Pero el tema tratado era bastante profundo, con mucha información para procesar, y había que tratar de explicarlo de la manera más amena posible. Por eso, optamos por condensar las opiniones de los expertos a los que consultamos, en un debate que tiene lugar en un programa de radio ficcionado. De esta manera, se da voz a diversas opiniones respecto al porqué del debate, sus consecuencias, etc. Utilizar una voz en Off que narre la historia puede condicionar demasiado al espectador, ya que se suele considerar como si fuera la verdad absoluta. Y, de esta manera, podemos decir que tenemos como tres voces en Off a la vez. También se apostó por hacer recreaciones de época porque siempre es más interesante ver una historia recreada que escuchar a alguien que te cuente lo que pasó.
— ¿Qué material tenía para documentarse?
—Tenemos, y lo digo en plural, porque yo he intervenido en el guion buscando la manera de hacerlo lo más interesante posible desde el punto de vista audiovisual. Pero en lo que respecta al contenido, ha sido la guionista Viviana González, Historiadora, la que ha gestionado la numerosa información y la documentación. Para nosotros ha sido como intentar hacer un artículo para una publicación de Historia, pero en formato audiovisual. Para las recreaciones se ha acudido a las fuentes primarias que se encuentran principalmente en los Archivos Estatales (Simancas e Indias). Y también se han consultado numerosos autores con artículos y libros sobre el tema. En los créditos se puede ver toda la bibliografía consultada, por si alguien quiere seguir leyendo, después de ver la película.
— ¿Dónde y por qué tuvo lugar esa Controversia?
La elección de hacer ese debate en Valladolid fue porque el Colegio de San Gregorio era uno de los centros teológicos de referencia en aquel momento y donde tenían lugar este tipo de debates. La Controversia fue una respuesta a las continuas denuncias que había sobre los excesos y abusos que se estaban cometiendo sobre los nuevos habitantes y súbditos de la corona española en América. Fue un proceso de cerca de 50 años: algunos consideraban que aquella gente -desconocida hasta ese momento para ellos-, debían ser sometidos esclavizados por ser menos civilizados, mientras otros los consideraban iguales. Por ello, se promulgaron leyes que, -como ha pasado, pasa y pasará en la historia de la humanidad-mucha gente no cumplía. Pero continuaron las denuncias hasta que una Junta de teólogos sugirió a Carlos V que hiciese este debate. Y así fue que Carlos V mandó suspender la conquista de América durante dos años hasta que se hiciese este debate en Valladolid.
— ¿Quién fue Ginés de Sepúlveda?
—Ginés de Sepúlveda fue un filósofo, jurista, historiador y cronista oficial de Carlos V. Él defendía la legitimidad de la conquista de América y la justicia de hacer la guerra contra los indígenas por sus costumbres caníbales, por sus sacrificios humanos y, en general, por considerarlos inferiores culturalmente hablando. Resumiendo, cosa que no está bien en términos históricos, consideraba que las conquistas eran necesarias para que España, que era la potencia mundial en aquel momento, los civilizase.
— ¿Quién Bartolomé de las Casas?
—Bartolomé de las casas es una figura muy importante pero también convulsa. Primero fue encomendero, es decir, tuvo a su cargo indígenas, pero después también fue teólogo, filósofo, fraile dominico y hasta acabó siendo obispo en Chiapas. Lo más relevante fueron sus denuncias sobre los excesos que algunos españoles cometían en América y que le valieron el título de “Protector de los indígenas”. Pero, como en todo, hay claro y luces y también hay voces que lo acusan de exagerar los abusos cometidos y que por ello, sus escritos fueron usados para fomentar la leyenda negra de España en América. Y es que, según a quien leas, te puede decir una cosa o la contraria. Desde luego es alguien controversial, no podía haber nadie mejor para ilustrar este debate.
— ¿Qué impacto en el mundo actual tiene ese hecho?
—Creo que hoy todo el mundo tiene claro que todos tenemos los mismos derechos o, al menos, deberíamos tenerlos. Pero hace 500 años esto no era así. Por ejemplo, cuando un imperio conquistaba un lugar, no se le preguntaba a los conquistados su opinión, ni se planteaba que tuvieran derecho a algo. Y no hablo solo del Imperio Español, sino también del Imperio Romano, del Imperio Mongol, de los Califatos, del Imperio Azteca o Inca… todos ellos conquistaron territorios por la fuerza. Pero, en el siglo XVI, hubo un cambio de pensamiento cuando un grupo de gente empezó a plantearse que, incluso los conquistados tenían derechos, que esa gente que estaba allí tenía derechos aunque militarmente fueran inferiores. Y ese es el origen de un nuevo pensamiento que llega hasta el día de hoy.
— ¿Dónde se puede ver su documental y dónde se va a estrenar?
—Estamos en la etapa de distribución en cines. Se ha visto durante un mes en los cines de Valladolid con una respuesta del público realmente abrumadora. Ahora vamos a intentar que se vea en el resto de cines de España y dentro de unos meses se estrenará en televisión española.
— Háblenos de otros documentales o películas que haya hecho
—Mi primer largometraje fue un largometraje de ficción llamado “30 días antes”, una película de bajo presupuesto, pero a la que tengo un gran cariño porque fue todo un desafío rodar un largometraje con tan pocos medios. Pero fue una gran experiencia y el ganar algunos premios en festivales fue una gran motivación para seguir adelante. Aún se puede ver en Filmin. Después hice el documental “Eighteam”, una coproducción con Zambia sobre la historia de superación de la selección nacional de aquel país. Una historia muy emotiva sobre la resiliencia humana. Y “La Controversia de Valladolid” es mi tercer largometraje.
— ¿Cree que el cine argentino es uno de los mejores del ámbito hispanófono?
—Es difícil decir cuál es mejor o peor porque cada uno tendrá sus gustos particulares. Y además, en el caso de Argentina, yo no puedo ser objetivo: he vivido tantos años allí que para mí es mi segundo hogar. Y a veces te diría que el primero. Entonces, no sé si será el mejor pero sí creo que es el más cercano a nosotros, porque por la propia historia reciente de Argentina y la gran marea migratoria española que hubo durante el siglo XX hacia allí, en sus películas muchas veces aparecen personajes cuyos familiares son españoles o descendientes de españoles. Y por ello nos resultan historias más cercanas, a pesar de que, a veces, el acento y la manera particular de hablar de los argentinos pueda resultarnos complicada de entender como espectadores. Pero si tengo que responder con un “sí” o con un “no” a la pregunta, yo diría que “sí”.
— ¿Qué le falta al cine en español para tener más fuerza y espectadores?
—A nivel creativo, técnico y actoral creo que el cine español está en primera línea mundial. Películas como “La Sociedad de la Nieve” o series como “Al límite”, sobre la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, no tienen nada que envidiar a nivel técnico a cualquier otra producción mundial. Pero sí creo que falta mucha inversión en promoción, marketing y distribución. Estados Unidos, que es el referente en esto, gasta una gran parte del presupuesto de cada película en promoción y distribución. Cuando se estrena un blockbuster estadounidense, es difícil que alguien no sepa que se va a estrenar, por el gran bombardeo mediático que hacen. En cambio, hay muchas y buenas películas españolas que nadie sabe que existen. O que incluso es difícil encontrarlas en la tele o en las plataformas.
—¿Qué proyectos está lanzando ahora?
—Estoy con varios proyectos en desarrollo y, precisamente, uno de ellos es un largometraje de ficción que sucede en el norte de Argentina. Se titula “Nayaraq” y trata sobre una niña que quiere ser peluquera de extraterrestres. También estamos desarrollando la continuación de “La Controversia” abarcando la época que va de 1550 a 1700 en Hispanoamérica. Generalmente nos cuentan que España llego en 1492 a América, conquistó el continente y 300 años después los países hispanoamericanos se independizaron. Pero, ¿qué pasó allí entre medias en todos esos años? Normalmente ni se estudia ni nos lo cuentan.
— ¿Ha visto la película Hispanoamérica canto de vida y esperanza?
—Hemos estado con la promoción de La Controversia y realmente me ha sido imposible. Pero la tengo pendiente porque me gustaría ver cómo ha abordado Linares esa misma época que menciono en el proyecto que estamos desarrollando ahora. Pero sí debo decir que, tanto éste como su anterior trabajo, “España, la Primera Globalización”, creo que responden a una demanda del público hispano que quiere saber mejor esa historia común que tenemos y que, tal vez, nunca nos explicaron bien del todo.
— ¿Le gustaría hacer una serie sobre la Controversia de Valladolid?
—Me encantaría. El problema es la financiación, ya que sería una serie de época y eso siempre encarece mucho el coste. En el documental hemos recreado algunas escenas de época y te diría que el 70 % del coste del documental ha sido en hacer esas recreaciones, pero creo que se podría Hacer porque nosotros hemos condensado una historia de 50 años en una hora y lógicamente hay que dejar muchas cosas fuera. Pero también hemos demostrado que tenemos o tendríamos la capacidad de hacer una serie de época porque disponemos de los medios técnicos, actorales y de localizaciones en la región.
— Conoce la película francesa sobre la controversia ¿Qué opina de ella?
—Sí, cuando estábamos documentándonos para el proyecto, supe que existía esta película de 1992. Y la vi para ver cómo se había planteado. Es una buena película, pero es eso, una película. Y como tal, no es –no tiene por qué serlo- fiel a la historia, sino que se toma licencias artísticas para que, entre otras cosas, sea más dinámica. Por ejemplo, el debate se muestra como un cara cara entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las casas, algo que nunca ocurrió porque en realidad cada uno expuso de manera separada ante el tribunal. También se pueden ver escenas donde acuden indígenas a testificar en el debate, como para mostrar que son seres racionales. Eso tampoco ocurrió nunca. Pero como digo, son licencias para narrar la historia de una manera más cinematográfica. El problema es que, a veces, algunos espectadores confunden una película basada en hechos reales con la realidad. Y para contrarrestar eso, pues están los documentales.
