Expertos en la lucha para el control de las plagas de topillos piden a los agricultores que incrementen las precauciones durante los trabajos de siega en Castilla y León para reducir la mortalidad de aves rapaces, lechuzas y aguiluchos, que son grandes depredadores de los roedores. En septiembre de 2023, el equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid y del CSIC-IREC (Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos) anunció que el año 2024 podría coincidir con una nueva plaga de topillo campesino en los campos cerealistas y alfalfas de la comarca de Tierra de Campos.
Ahora, estas previsiones se están cumpliendo, y se han constatado desde primeros de año densidades altas de topillos en muchos puntos de Castilla y León, en especial en el norte de Valladolid y Salamanca, la zona de La Nava en Palencia o la comarca de los Oteros en León. Además, las regulares y abundantes lluvias recientes han propiciado un importante desarrollo de la biomasa vegetal, que, junto con el incremento de las temperaturas, favorecerá que las poblaciones de topillos sigan en aumento hasta el verano. Por otra parte, durante las próximas semanas la actividad agraria será máxima con la siega de forrajes en verde, como vezas, avenas y esparcetas, y más tarde la cosecha de cereal.
Estas labores agrícolas coinciden en el tiempo con la fenología reproductora de muchas especies de aves rapaces como la lechuza campestre o los aguiluchos cenizo y pálido, que crían en el suelo y son particularmente vulnerables durante la cosecha. Todas estas rapaces, que instalan sus nidos en el suelo, al abrigo de cultivos, son depredadores especialistas pequeños roedores y se convierten en aliados naturales frente a las plagas de roedores.
RECOMENDACIONES
Por estas razones, el equipo de investigación de la UVA y del CSIC-IREC recomienda a los agricultores que extremen las medidas de precaución durante los trabajos de siega o recogida de forrajes y cereales para reducir al máximo las muertes accidentales de aves rapaces. Aconsejan para ello reducir la velocidad de los trabajos de las máquinas segadoras para poder detectar la presencia de nidos con huevos o pollos y tener capacidad de reacción ante este supuesto. Y en caso de detectar algún nido, dejar una estrecha franja de forraje o cereal sin cosechar de tres metros de ancho y de cuatro a seis metros de largo.
Asimismo si se encuentran pollos de búhos campestres, se recomienda dejarlos en una zona de lindera o arroyo próximo al lugar de recogida, donde los padres se encargarán de continuar con su alimentación.
