El sexto festejo de la Feria de San Isidro destacó por la cadencia y empaque de José María Manzanares y el temple de Tomás Rufo, que cortó la segunda oreja del serial, en una tarde en la que se lidió un variado envío de Victoriano del Río -el primero del hierro de Cortés- cuestionado por la presentación de los ejemplares, algunos fuera del trapío exigido por Madrid, pero con dos toros relevantes. Completó la terna un firme Sebastián Castella, con más entrega que repercusión. Tres toreros muy mirados por el ojo clínico del público de Las Ventas, que pasaron por la resonancia magnética madrileña con nota en el Día Internacional de la Tauromaquia.

SEGURIDAD DE CASTELLA
Tomó parte el triunfador del pasado San Isidro con un astado de Cortés, escurrido de los cuartos traseros, sin cuajo ni trapio. Más novillo que un toro para el principal escenario del toreo, una circunstancia que desprendió desinterés por parte del público. Sin lucimiento en la suerte de varas, resultó soso y de nulo juego en la muleta. Castella quiso porfiar con el ejemplar de Cortés, pero lo mucho que restó la presentación y las hechuras del animal hizo que sus intenciones fueran parcas en resonancia.
Más serio, sin ser descaradamente ofensivo, fue el cuarto, un toro castaño que tomó los engaños con clase y nobleza. El francés comenzó muy variado con la muleta, donde destacó su particular homenaje a Victoriano de la Serna con el pase de las flores. Empezó muy firme y decido en un exigente inicio, con buenos pasajes, pero el toro fue a menos y fue en la corta distancia donde desarrolló la parte final de la obra. Ahí se encontró hasta a gusto Castella, aunque la faena se alargó en excesó y llegó a escuchar un aviso antes de perfilarse a matar. Lo despachó en los medios con solvencia y saludó una ovación.

EMPAQUE DE MANZANARES
El segundo de la tarde, el primero del hierro de Victoriano del Río, tampoco tuvo el remate para Madrid, aunque tuvo un punto más de seriedad, por la conformación de sus pitones. Empujó en el caballo y en banderillas fue un constante rebrinco, con un resorte en el cuello de peligro inminente. Solventado el trance de los primeros tercios, Manzanares en un derroche de clase, elegancia y cadencia lo metió en el canasto para torearlo de forma (sobre)natural. Llevándolo muy medido y reduciendo la codicia con la muleta por el suelo, aprovechó la nobleza y calidad del astado. Molestó el viento y lo descubrió por momentos, y aunque en ocasiones hubo cierta distancia entre toro y torero, dejó una importante faena en su conjunto. Para tener en cuenta. Manzanares, que fue a por todo en la suerte suprema, lo esperó recibiendo y rubricó de un efectivo medio pinchazo hondo, que terminó restando el premio y fue ovacionado.
Manzanares lidió en quinto lugar un toro con seriedad, que acudió bravo al caballo. Convencido y seguro, el alicantino pulseó con estilo la codicia del astado. Tuvo transmisión el animal, aunque faltó mayor conjunción para que la actuación tomara ecos de faena importante. No anduvo certero con los aceros y su labor fue finalmente silenciada.

RUFO, MÁS CERCA DE RUFO
De nuevo, el tercero se salvó por los pitones. No estaba hecho para Las Ventas. Sin embargo, fue una máquina de embestir desde la salida. Tras protagonizar un alegre tercio de varas, dilucidó virtudes en banderillas donde Sergio Blasco y Fernando Sánchez llegaron a desmonterarse tras dejar pares de mérito. Rufo apostó por el toro en la muleta, donde le esperó en el terció de rodillas, pese a que los papelillos no dejaban de volar. Aprovechó la fijeza y la humillación del animal para dejar templados derechazos, reducidos en el tiempo. La faltó fuerza, pero tuvo categoría el toro. Cuando más asentado estaba Rufo, resultó prendido, pero volvió a la cara del ejemplar y firmó unos naturales a cámara lenta. Remató de media estocada y Rufo, más cerca de su propia versión, paseó la segunda oreja de la feria.
Imponente de cuerna, pero escurrido de atrás, fue el toro que cerró plaza. Puso emoción al tercio de banderillas donde saludaron Sánchez, de nuevo, y Daniel Duarte. Rufo prosiguió con estatuarios y derechazos ligados muy firmes ante un animal nda franco al que le costó tomar el segundo tramo del muletazo. Al natural, protestó y no regaló las embestidas; lo que impidió que la faena tomara cauces de regularidad y no redondeó a espadas.
Ficha
Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid). Sexto festejo de la Feria de San Isidro. No hay billetes. Toros de Cortés (primero), sin cuajo ni trapio, y Victoriano del Río, desiguales.
Sebastián Castella, silencio y ovación (aviso).
José María Manzanares, ovación y silencio.
Tomás Rufo, oreja y silencio.
Se guardó un minuto de silencio en memoria de Joselito ‘El Gallo’ al finalizar el paseíllo.
Saludaron en banderillas Fernando Sánchez, en dos ocasiones, Sergio Blasco y Daniel Duarte.
