Los toros de Alcurrucén condicionaron el comienzo de la Feria de San Isidro por su mansedumbre, sobre todo los tres últimos, al igual que hubo tres que se dejaron. Lo mejor llegó de la mano de Diego Urdiales, con una faena muy solida y artista. Morante dejó detalles, aunque volvió a escuchar los pitos de Madrid, en una tarde en la que confirmó alternativa un entregado Guillermo García Pulido, aún por coger el sitio en el escalafón.
Urdiales tomó parte en Las Ventas con un ejemplar corretón y emplazado, al que consiguió torear a la verónica con tres lances superiores. En esa línea prosiguió el riojano, que aprovechó la calidad, la repetición y la fijeza del animal para ligar pases de altas cotas. Puesto Urdiales, dejó una actuación muy regular, pese a que el toro fue a menos hasta prácticamente apagarse, y cerró de un meritorio estoconazo. Hubo petición, sin tener una parroquia redundante de su parte, pero todo quedó en una vuelta al ruedo. Después, pechó con el animal más complicado de la tarde. Un manso, áspero y violento que nada se pareció a sus hermanos. Relevancia nula.

‘Déjà vu’ de Morante en Las Ventas
El torero del «y si es hoy» y el que viaja con una infinita sala de espera volvió a vivir un ‘déjà vu’ en Las Ventas. Detalles de unas manos que son una enciclopedia para la Tauromaquia, pero que terminaron en convertise en pitos. No hubo ese poco que necesita Morante para poner de acuerdo a todo el toreo, del mismo modo que faltó mayor apetito de querer.
Una feria a las tres de la mañana fue el comienzo de la lidia del segundo astado, dispar de presentación. Sin brío en varas, el picador Aurelio Cruz sufrió una caída del caballo, al que terminó pisando y tuvo que pasar a la enfermería adolecido en la zona de las costillas. Tras un insulso inicio, propio del ganado del encaste Núñez, Morante fijó sus embestidas a base de trincherazos y dibujó dos tandas de naturales de mando y corte ajustado de su particular ‘cossío’. Emborronó una digna actuación, con un sainete a espadas al borde del tercer aviso. Se desataron los pitos.
Completó su primera tarde en el ciclo isidril con total desinterés ante un colorado, marca de la casa Lozano, bien proporcionado, con el que se desentendió desde el principio y tuvo que lidiar en los primeros tercios el banderillero Curro Javier. Fue protagonista al igual que sus compañeros de cuadrilla Joao Ferreira y Alberto Zayas, que se demonteraron tras parear con exposición. Morante, que no lo vio claro y ya llevaba el acero debajo de la franela, tras una importante primera tanda, abrevió. ‘Déjà vu’ Morante-Ventas.

Confirmación de García Pulido
Descorchar el ‘mundial del toreo’ con un espada en ciernes, aún por hacer, es restarle envergadura al grado que confiere la experiencia en un torero. Como si abrir el melón fuera sencillo. Echar a los leones a un ‘casi debutante’ sólo está a la altura de Xavi Hernández. Con apenas una corrida y con lo que pesa Madrid. Eso o nada, y agradecido por el cartel pensarán en los despachos; pero es que en ese terreno también hay que tener categoría para dar el estatus que merece una Feria de San Isidro. Oportunidad o falta de talento.
García Pulido confirmó alternativa de manos de Morante con el toro ‘Afectuoso’, serio de cara, que salió frío y abanto al capote y manseó en el tercio de varas. No se dejó en banderillas, pero trajo consigo arrancadas alegres, que continuó ofreciendo en los primeros compases de la muleta del joven madrileño. Ahí metió el hocico con ahínco y transmisión ante un García Pulido que anduvo firme aunque le faltó poderío y convicción para haberlo toreado como merecía. Bernadinas de mucho valor y una estocada que cayó baja. Asomaron algunos pañuelos, en un inicio populista más de verbena, para un resultado que quedó en ovación.
Cerró el primer festejo de la feria un astado soso y noble, con el que García Pulido estuvo decente. El toro no tenía cualidades que ofrecer y el diestro, que quiso aprovechar su oportunidad, a pesar de no tener opciones a premio, terminó haciendo larga la primera tarde del serial madrileño.
Ficha
Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid). Primer festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’. Toros de Alcurrucén, desiguales de presentación y de más a menos, con tres toros que se dejaron y otros tres en manso.
Morante de la Puebla, pitos (dos avisos) y pitos.
Diego Urdiales, vuelta al ruedo tras petición y silencio.
Guillermo García, que confirmó alternativa, ovación tras leve petición de oreja (aviso) y silencio.
Saludaron en banderillas Joao Ferreira y Alberto Zayas tras parear al cuarto.
