Ernest Urtasun, el ministro antitaurino, de un partido minoritario como es Sumar, resulta que es ‘anti’ minorías. El máximo responsable del Ministerio presenta así su criba cultural enfocada a lo mayoritario, lejos de entender que la cultura nace del pueblo, sus gustos y tradiciones y que hoy no hay nada más olvidado y, por consiguiente, más minoritario que el medio rural.
No es nada nuevo. Urtasun siempre se declaró en contra del mundo taurino; y, como sus gustos personales parece que sí son mayoría, ha decidido segmentar y dar lecciones sobre lo que es cultura y lo que no desde su sillón urbanita amparado por el Gobierno.
El experimento se veía de lejos, puesto a dedo para apagar la Tauromaquia y untar de subvenciones al mojón del cine español, pero poco talento hay que tener para obtener un resultado adverso y avivar al ámbito taurino con reacciones mayoritarias -que no minoritarias, como algún Einstein quiso puntualizar-. Y es que no había habido tanta movilización mediática en primera plana ni cuando Morante de la Puebla cortó los máximos trofeos en la Maestranza de Sevilla (2023).
Ahí quedan varias propuestas que han hecho las comunidades autónomas que van desde las lanzadas por García-Page (Castilla-La Mancha) a Mazón (Comunidad Valenciana) y Guardiola (Extremadura), pasando por Díaz-Ayuso (Comunidad de Madrid) y Santonja (Junta de Castilla y León). Ofrecimientos puestos en liza para ensalzar la cultura popular, la de la mayoría de los pueblos; pero también la de las ciudades: que el ‘transporte público’ de Urtasun no se equivoque y pase por Ventas alguna tarde del próximo mes, que igual cambia su concepto sobre ‘minorías’ y tiene que gobernar para todos.
