Proteger la muralla y, al mismo tiempo, mejorar la contemplación del monumento desde la Plaza de la Artillería. Con este propósito, el Ayuntamiento de Segovia ha derribado uno de los cinco inmuebles, actualmente sin uso, que existieron al inicio del Paseo de Santo Domingo de Guzmán; una actuación que se suma a las realizadas en 2006 y que permitieron derribar unas naves que ocupaban una superficie de 260 metros cuadrados.
En los últimos años, la muralla de Segovia, del siglo XI, ha sido objeto de diversas intervenciones de consolidación a lo largo de sus tres kilómetros de perímetro. Fuentes municipales indicaron que la Concejalía de Patrimonio Histórico “ha actuado y lo sigue haciendo”, en distintos tramos de la Muralla; unos proyectos a los que hay que añadir otras intervenciones impulsadas por la Concejalía de Obras y Servicios que, aunque no afectan directamente a los paños de la fortificación, sí tienen como finalidad realzar su belleza.
Lo que ahora se ha ejecutado es el derribo de otro viejo edificio adosado a la muralla en estado de ruina y abandono. Según explicaron ayer fuentes municipales, las máquinas han demolido el muro de fachada de mampostería y el muro pegado al paño de la muralla. También se ha derribado el chamizo o caseta de madera y retirado los cierres metálicos de tijera que existían en la parcela. Por último, se ha limpiado de escombros y rebajado y alisado la superficie de tierra quedando la zona libre para poder contemplar mejor la Muralla segoviana.
El derribo de esta pequeña construcción se suma a las ya realizada hace unos años por el Ayuntamiento tras el acuerdo alcanzado con los propietarios de esas fincas para la eliminación de los inmuebles sin uso, adosados al monumento justo en el inicio del Paseo de Santo Domingo de Guzmán, una zona visible desde la Plaza de Artillería.
El Ayuntamiento formalizó el 8 de marzo de 2005 la compra de dos inmuebles en estado de ruina, situados en el Paseo de Santo Domingo de Guzmán, números 5 y 7, adosados a la muralla. Un año después, el 14 de marzo de 2006, una máquina excavadora derribó los inmuebles para la recuperación de la zona como espacio de esparcimiento y recreo.
Los edificios, que ocupaban una superficie de 260 metros cuadrados, fueron construídos a principios del siglo XX, y albergaron diversas actividades desde viviendas o almacenes o talleres industriales.
El Gobierno municipal adquirió las naves, por las que pagó 89.279,82 euros, para demolerlas y adecentar el espacio. La idea fue dotarlas con una zona de terrizo de jabre, una acera con pavimento de granito y un vallado de madera, de acuerdo con un proyecto redactado por los técnicos del servicio de Parques y Jardines.
El Gobierno municipal no contemplaba ninguna actuación con respecto al resto de los inmuebles que quedan adosados a la muralla. El alcalde afirmó en su día que “no vamos a expropiarlos ni hacer ninguna actuación, esperemos que sean los propios propietarios los que se den cuenta de esta situación anómala o atípica y se pongan en contacto con el Ayuntamiento ofreciendo estas propiedades y se estudiará cada caso concreto”.