A puntito de jugarse hoy el encuentro de la Gimnástica Segoviana contra el Atlético El Paso, la afición segoviana está inmersa en un mar de incertidumbres o dudas. Las sensaciones individuales se intentan arropar con plegarias al Todopoderoso, o buscar amuletos positivos, o invocaciones a los astros, etcétera… todo este abanico es para intentar que los ecos de sus voces lleguen a la ciudad canaria de La Palma y sean oídas por los jugadores gimnásticos para salir vencedores de la contienda.
A lo largo y ancho de la historia gimnástica, pocas veces, o casi ninguna, se ha vivido un entusiasmo ilusionado como lo que acontece en estos días. No solo los socios y aficionados que son fieles a los encuentros en La Albuera están pendientes de la actualidad fantástica de su equipo. También la gente de ‘a pie’; que, en otras épocas, vivía ajena a los colores azulgranas de su ciudad; ahora se para en la calle a preguntar: ¿Qué ha hecho hoy la Sego? Y en ocasiones acepta gustosa una entrada regalada por un socio para ir a un partido; o, con un esfuerzo la compra. Resulta curioso tal comportamiento de la cívitas cuando once jugadores revolucionan positivamente el devenir de nuestra sociedad de los majos.
La suerte está echada, que también vale. Estamos a punto de volver a marcar otro episodio de la historia para añadir a los anales de la Gimnástica Segoviana. Ocurra lo que ocurra, los protagonistas de esta original ‘película’ del balompié habrán dado todo lo que su saber, ánimo y esfuerzo tienen en sus corazones. No se les puede pedir más. Solo nos queda demandar que la fortuna sea buena con los que necesitan alegrías, y cantar con ilusión: ¡AUPA SEGO!
