“El cazador segoviano no es consciente de las posibilidades cinegéticas que tiene sin salir de la provincia”. La frase, dicha por un experto en caza, pretende resaltar la infrautilización de los fantásticos recursos cinegéticos existentes en esta tierra, con frecuencia no ponderados por los cazadores segovianos —alrededor de 3.000 federados—. Porque además de brindar la posibilidad de cobrar perdices o liebres, Segovia cuenta con otras alternativas, poco conocidas.
Una de ellas es la de participar en una de las monterías de jabalíes que anualmente oferta la Junta de Castilla y León en la zona de caza controlada “Estribaciones de la Sierra de Guadarrama”. Este año, el plazo para la presentación de solicitudes se cerrará el próximo 15 de julio, pudiendo optar cazadores segovianos, de Castilla y León, españoles o de la Unión Europea. Desde la Junta se insiste en que la convocatoria, por sus especiales características, resulta “un caramelo” para los cazadores. En septiembre tendrá lugar el sorteo público entre los interesados, debiendo abonar cada cazador que resulte agraciado la cantidad de 800 euros por montería, teniendo en cuenta que podrá colocar entre 40 y 60 puestos en cada una de ellas. Además, el titular de la montería deberá encargarse de la organización de la actividad, incluyendo la presencia de rehalas de perros y de un veterinario titulado para la toma de muestras de las piezas abatidas. En cuanto a las fechas de celebración de las monterías, se programan antes del inicio de las primeras nevadas de otoño, ya que después los jabalíes bajan de altitud, escondiéndose en cotos privados.
“La zona de caza controlada ‘Estribaciones de la Sierra de Guadarrama’, nacida con la clara vocación de dar un servicio público a los cazadores, ofrece monterías de jabalíes a un precio casi simbólico”, insiste un técnico de la Junta, deseoso de promocionar entre los cazadores este recurso.
Pero, además de jabalíes, la Sierra de Guadarrama alberga otra especie cinegética de primer orden, el corzo, un cérvido de reducidas dimensiones, esbelto y muy ágil. “En los últimos años, el primer y el segundo corzo abatidos en España, en cuanto a puntuación, procedían de la Sierra de Guadarrama”, se subraya desde la Junta. En base a ese dato, técnicos de la Consejería de Medio Ambiente muestran su “sorpresa” por el escaso atractivo que tiene entre los cazadores segovianos el cobro de un corzo. A principios de este año, la Junta ofreció un cupo de 6 corzos para cazadores provinciales, presentándose únicamente 24 solicitudes, cifra considerada “muy baja” en comparación con otras provincias que también organizan recechos de corzo.
¿Pueden ser reacios los segovianos a cazar corzos por su alto precio?. Desde la Junta se descarta “rotundamente” tal extremo, puesto que la ‘cuota de entrada’ que deben pagar es de 150 euros y la ‘cuota complementaria’ —en el caso de un corzo ‘bronce’—, ronda los 600 euros. “En un coto privado —señalan desde la Junta— abatir un corzo puede costar entre 1.000 y 1.200 euros; en ‘Estribaciones de la Sierra de Guadarrama’ puede salir por la mitad de precio”.
Adiós a las palomas torcaces
Una de las modalidades de caza más tradicionales en la provincia de Segovia era el de los ‘pasos de las palomas torcaces’. Entre ellos destacaba el paso de “Las Lagunillas”, al que solían acudir no solo cazadores segovianos sino también de otras provincias —especialmente del País Vasco— a practicar su afición preferida.
Sin embargo, los técnicos de la Junta han constatado en los últimos años que esta especie está variando las rutas migratorias por las que miles de ejemplares viajan desde países europeos como Francia o Alemania a tierras españolas de Extremadura o Castilla – La Mancha. Y uno de los pasos que ha sufrido este cambio de ruta ha sido el de “Las Lagunillas”.
“Hemos tomado la decisión de suprimir el paso de palomas de ‘Las Lagunillas’ porque realmente no estaban pasando palomas y nos parecía un fraude presentar una oferta en la que luego el cazador no iba a poder cobrar piezas”, explican desde la Junta.
No obstante, el caso de “Las Lagunillas” no es extensivo a otros pasos de paloma de la provincia de Segovia. “La especie está desplazando su paso hacia puertos más orientales”, advierten los técnicos. En ese sentido, todavía es posible divisar bandadas de palomas torcaces en las inmediaciones de la ermita de Hontanares, en Riaza, o por el puerto de La Quesera, en Riofrío de Riaza. Así, los cotos de estas zonas continúan solicitando permiso para instalar puestos desde los que disparar a las palomas torcaces.
