Me parece de sumo interés, y dignas de ser tenidas en cuenta y manifestar satisfacción por ello, las iniciativas de las que me voy enterando, a través de la prensa, que están surgiendo en numerosos pueblos de nuestra provincia. Y no me refiero a las fiestas populares y religiosas que tradicionalmente y desde tiempos muy remotos, se vienen celebrando en todas las localidades, sino aquellas nuevas que, por el estímulo e interés de los propios habitantes, se van creando.
Algunas tradiciones, si no olvidadas, sí suspendidas temporalmente, van recuperándose poco a poco por la conciencia de los vecinos de que esas cosas, que dan identidad a los pueblos, no pueden perderse.
Lo cierto es, como antes indicaba, que en la mayoría de las localidades se van apreciando “movimientos” con el deseo de hacer más confortable y más habitable cada pueblo, tratando de dejar atrás cuanto antes esa amenaza de la despoblación que (aunque sea repetir una vez más, y se utiliza mucho por ser expresiva) está, según se dice, “como la espada de Damocles” amenazante. Y no vamos ahora a distraernos explicando lo de la espada, que pertenece más a la leyenda que a la historia (explicación puede encontrarse sencillamente en Wikipedia, medio muy socorrido para recordarnos –o enseñarnos, aunque con cautela por nuestra parte, – cosas de la más diversa índole).
Así, pues, concreto diciendo que las iniciativas que se están llevando a cabo en muchas localidades son de carácter muy diverso y comunicativo, pues surgen talleres de formación y enseñanza de varias materias, agrupaciones teatrales, conciertos de música clásica y contemporánea, ,pintura de murales que “alegran” algunos edificios, conferencias, exposiciones de arte, mantenimiento o creación de pequeños y atractivos museos etnográficos (que ayudan a memorizar tiempos y costumbres pasadas), fortalecimiento de juegos autóctonos, bibliotecas públicas…
Y perdón, porque a veces se va uno “por las ramas” sin darse cuenta, así es que “me bajo” de la a la que me había subido y continúo con el artículo.
La idea de estas líneas me la ha dado el reciente anuncio, en este periódico, de la próxima celebración en una de esas localidades a las que indirectamente me refería, pero ahora sí la significo, Fuenterrebollo, –que el día 25 del próximo mayo se va a celebrar la sexta edición del Encuentro de Encaje de Bolillos. No vamos a explicar ahora en qué consiste esta labor, suficientemente conocida, pero lo que sí expreso sinceramente que cuantas veces he visto manejar el “mundillo”, me ha sorprendido la habilidad de los que saben hacerlo –y he visto trabajar a encajeras en Holanda y en Bélgica, dos países especializados en los encajes-.
Este trabajo se considera como un oficio artesanal, y para entenderlo bien hay que ver actuar a las –mayormente son mujeres- expertas en el complicadísimo manejo de los hilos enrollados en bobinas, y el subsiguiente proceso cuando se va avanzando y hay que sujetar el tejido mediante alfileres clavados en la almohadilla que es a la que se denomina “mundillo”.
Las combinaciones que pueden hacerse son muchísimas, siguiendo determinados patrones e incluso “inventando” nuevas. Los resultados siempre son tremendamente sorprendentes.
El encaje puede realizarse con hilos finos o gruesos, y los expertos señalan el uso del lino, la seda, la lana y el algodón, aunque asimismo pueden utilizarse hilos de metales preciosos, según me cuentan algunas personas bien conocedoras del artesanal trabajo, e incluso de sus posibles orígenes, pues dicen que existe un testamento de una familia milanesa de 1.493, llamada Sforza, que menciona ya un encaje creado con doce bolillos. Y asimismo que hay dos libros en los que se representan los primeros detalles y patrones conocidos para este tipo de encajes: Le Pompe, de Venecia, y Nüw Modelbuch, de Zurich.
Entre los años 1.500 y 1.700, considerados como del apogeo del bordado, se idearon muchos modelos y, aunque en 1.806 se inventó la máquina de bordar, ideada por el que desde niño fue prodigio, el inglés John Heahtcoat, aparato muy complicado en sus orígenes, lo cierto es que el sistema artesanal, y original, del encaje de bordillos se ha continuado practicando siempre. Y he aquí, como vemos, que ahora se va a poder admirar una excepcional exhibición a cargo de verdaderas expertas –habrá, supongo, también algún experto) en la citada sexta edición del Encuentro de Encaje de Bolillos en Fuenterrebollo, donde con este motivo se realizarán diversas actividades culturales y exhibiciones con talleres y conferencias sobre el tema. Lo “empujan”, por supuesto, el Ayuntamiento y la Asociación de Amas de Casa “Nuestra Señora de la Asunción”.
