El Colegio Claret completaba el pasado viernes, 12 de abril, la primera edición de FUTURCLARET, una iniciativa novedosa que ofreció a sus alumnos: la posibilidad de conocer, desde la experiencia de otros, lo que, en breve, se van a encontrar dentro de su trayectoria educativa: los exámenes de acceso a la universidad EBAU y la inserción laboral. Algo que hicieron desde dos perspectivas diferentes, a la vez que complementarias.
La experiencia de los ponentes de la primera parte de la jornada dejó momentos para la reflexión. Para Libardo Palma y Raquel, de la Federación Empresarial Segoviana (FES), “el reto es encontrar el sitio porque, todos, tenemos uno”. Por su parte, el coronel, Roberto Fernández Rosado hizo pensar a muchos de los asistentes con un planteamiento que, aunque parece obvio, no siempre se tiene en cuenta: “la defensa del país está en las aulas”. Esta primera parte se cerraría con la intervención de Macarena Ramírez de la Universidad San Pablo CEU, que, en estos momentos de tensión entre los alumnos del último curso, quiso transmitir la tranquilidad que no siempre encuentran, ya que, “equivocarse es también aprendizaje”.
En la reanudación del evento, tomarían la palabra quienes, no hace tanto, ocupaban los mismos asientos que hoy acogían a la promoción que será la siguiente en graduarse.Situados en el escenario del salón de actos colegial, frente al público presente, la treintena de participantes, todos ellos exalumnos del Claret, se irían presentando y dejando una frase o un pensamiento sobre el que reflexionar. Allí se reunieron jóvenes de ámbitos muy distintos, cuya conexión tan próxima con los alumnos de hoy, que después se acrecentaría con las reuniones por centros de interés, en grupos más reducidos, fue la clave del éxito de esta cita.
Un éxito, en palabras de los organizadores, fundamentado en la demostración de que “lo importante para cualquier colegio es el valor del vínculo, por encima de los reconocimiento o rankings en los que pueda mencionarse a este centro”. Además, destacaron que todos los participantes dedicaran su tiempo, de forma presencial o telemática, a la cita, dejando aparcadas sus ocupaciones para hacer esa labor de acompañamiento: “Es algo que compensa las dificultades que hay que afrontar cada jornada en la siempre complicada labor educativa”.
De este modo, se materializó una idea que ha supuesto un gran esfuerzo para el departamento de orientación, de coordinadores y para la propia dirección de la etapa pero que, tras una primera evaluación por parte del público y de los participantes, promete tener continuidad en los cursos sucesivos , dado el alto nivel de satisfacción con que se clausuró el del presente año.
