Las Cortes de Castilla y León aprobaron ayer la conocida como ley residencial destinada a dotar a las residencias de mayores con centros de día y centros de cuidados de larga duración de un nuevo modelo de atención integral centrado en la dignidad y derechos de las personas, calificada de “buena” por la Junta y el Grupo Popular y como una “mera declaración de intenciones” por la oposición socialista.
El proyecto de ley reguladora del modelo de atención en los centros de carácter residencial y centros de día de servicios sociales para cuidados de larga duración en Castilla y León, compromiso de investidura del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se aprobó en el pleno sin que el PP asumiera ninguna de las 122 enmiendas de PSOE, UPL-Soria Ya y de Francisco Igea que llegaron vivas al pleno.
Contó con el voto a favor de los socios de PP y Vox, en contra de PSOE, Podemos y Francisco Igea y con la abstención de UPL-Soria Ya y de Por Ávila, si bien tanto la titular de Familia como el popular Miguel Ángel García Nieto defendieron que la norma nace con un consenso básico institucional y social.
En la presentación de la ley, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, destacó que la nueva regulación vinculará a centros públicos y privados con la finalidad de reforzar los derechos de las personas que viven en los centros residenciales y utilizan los centros de día, también en el medio rural.
Blanco desgranó ante el pleno los títulos de la norma dirigidos al respeto a la dignidad y los derechos de las personas en los cuidados que reciben y subrayó que se trata de que su estancia en los centros sea lo más parecido a los hogares con la organización en unidades de convivencia, con una ocupación máxima de 15 plazas, salvo para los privados con un máximo de 16.
El Grupo Socialista defendió ante el plenario 69 enmiendas a través de Isabel Gonzalo, quien calificó de “chasco y oportunidad perdida” esta ley para los usuarios y lamentó que “no se haya aprendido nada” de la pandemia donde afirmó que, como en Madrid, fallecieron personas en las residencias sin recibir la atención debida. “Lo que traen es una mera declaración de intenciones, no han escuchado a nadie”.
La leonesista Alicia Gallego respaldó el nuevo modelo ante las carencias que se vieron durante la pandemia, afirmó que no es una ley pionera pues lo que regula existe en países nórdicos y estimó que algunas materias, como las sujeciones, “se dejan abiertas” y se limita los centros en municipios de menos de 5.000 habitantes. “Se avanza, pero no lo suficiente”, concretó, para avanzar la abstención.
La sorianista Vanessa García destacó las enmiendas asumidas por el PP, entre ellas las concreciones en la acreditación de los centros, y expuso algunas de las no recogidas en relación con la rigidez al limitar los centros multiservicios en función de la población por lo que en Soria solo estarían en la capital. La popular Carmen Sánchez Bellota confió en el voto a favor de Soria Ya al haberse aceptado más de la mitad de sus enmiendas.
Novedades de la ley
El nuevo modelo introduce expresamente el término “cuidados de larga duración”, coincidente con los términos utilizados en el ámbito de la Unión Europea, y orienta la denominación de los centros en función de su especialización en cuidados para personas en situación de dependencia y con discapacidad, sustituyendo así al colectivo global de personas mayores en la denominación de los centros.
La pandemia ha evidenciado la necesidad de incorporar nuevos planteamientos en el diseño de los centros. Así recoge tres elementos: sectorizar los centros en pequeñas unidades, contar con un plan de contingencias y dotar a los centros de una reserva estratégica de material de protección.
Define un nuevo modelo de atención integral y centrado en la persona que ya se puso en marcha a través de un proyecto piloto, el programa denominado “En mi Casa”, con una muestra cercana a los 2.000 usuarios.
Señala a los centros como la vivienda de las personas, indica que no son centros sanitarios, que estos deben estar constituidos por unidades de convivencia con ambiente y tamaño de un hogar familiar. Recoge que las ratios de los profesionales que presten los apoyos en los centros residenciales deben contar con la formación adecuada para garantizar la calidad de vida de los usuarios. El sistema público de salud debe garantizar el acceso de los residentes a las prestaciones sanitarias públicas en equidad con el resto de la población.
También se promueve que los centros tengan la condición de multiservicios, para lo que se favorece que estos aprovechen las infraestructuras de los barrios o pueblos para integrar en ellos las actividades que desarrollen y así formen parte de la oferta comunitaria.
La ley introduce como novedad la creación de un sistema de verificación de calidad de los servicios residenciales.
