Siempre, desde mi infancia, he tenido una muy sentida admiración por las gentes de Sepúlveda. Sin duda esta, llamémosla “la de las siete puertas”, es lugar que despierta admiraciones profundas. Es, sin embargo y también, un lugar cuya gran historia nos es un tanto desconocida o, acaso, olvidada.
Jose Antonio Linage Conde, es su cronista Oficial y mi amigo querido y admirado.
Pues bien, Linage nos ha dejado un documentadisimo libro sobre “Emiliano Barral y sus hermanos”. Todos fueron maestros canteros que, trabajando la dura piedra sepulvedana, llenaron de recuerdos históricos España.
Emiliano nunca volvió la cara ante las dificultades. Una de ellas fue la necesidad de acuartelar a “Las Milicias Populares Segovianas” en el inicio de la contienda civil, y junto con quien ganara el Premio Nacional de Folklore Castellano, Agapito Marazuela, a quien animó el Doctor Teófilo Hernando a que presentará su Cancionero al Premio Nacional, que ganó, ocuparon los locales del Centro Segoviano de Madrid, para que sirviera de lugar de inscripción y reunión, de los voluntarios de aquellas Milicias Segovianas, ya entonces en la Puerta del Sol.
De Emiliano Barral y su trayectoria personal, hay muy detalladas publicaciones, sobresaliendo la que le dedicó, en un gran libro, Antonio Linaje: “Emiliano Barral y sus Hermanos”.
Siendo un artista de ingenio y expresión recia, fue desde muy joven un espíritu inquieto. Así, con apenas catorce años, se lanzó a conocer mundo, viajó por toda Europa, haciendo amistades que perdurarían hasta su temprana muerte, (causada por un trozo de piedra, que le impactó en la cabeza, tras una explosión en el frente de Usera) con artistas señalados de diferentes nacionalidades, sin que tuvieran influencia en su forma de concebir la escultura, aunque si en sus pensamientos y trayectoria política extremista.
Los hermanos Barral se trasladaron a Madrid desde su Sepúlveda natal, donde tuvieron taller de cantería, trabajando con fruto artístico según el claro resultado de sus encargos: bustos de personajes conocidos y de retratos de personalidades les abrieron puertas para ocupar primacías.
La sepultura del fundador del Partido Socialista, Pablo Iglesias, en el Cementerio Civil de Madrid, y el monumento a ese mismo líder en el Parque del Oeste, hoy desaparecido, pero cuya cabeza, actualmente, ocupa un lugar de privilegio en la sede del Partido en la Calle Ferraz de Madrid, son ejemplo de la reciedumbres artísticas y personales de Barral.
Presidente que fue del Centro Segoviano de Madrid, es también recordado hoy entre sus paisanos, aquellos que merecen la gratitud y el recuerdo, en el Hogar Común en el que todos sirvieron, con respeto mutuo, como hijos de una misma cuna. Emiliano Barral, escultor, Valentín Cardiel, médico, Juan de Contreras, cultura, arte y. nobleza, su paisano Victoriano de la Serna, figura del toreo. El busto que labrara de Antonio Machado hoy da la bienvenida en la casa segoviana en la que vivió el poeta mientras fue vecino de la ciudad y profesor de su instituto.
Todos ellos nos contemplan, desde la serenidad de su Historia bien trazada, y desde el Mural del Centro Segoviano de Madrid, los eslabones que siguen dando fortaleza a la cadena de los segovianos que hacen digna y fuerte a su Cuna: Juan Antonio Bachiller, brújula y guía, Onésimo Migueláñez, luchador y servidor, Jesús Núñez Velázquez, emprendedor de universidades y cultura, Juan Yagüe, corazón abierto a lograr una sociedad civil avanzada y formada. Pilar Gonzalez de Frutos, Fernando Tomé, impulsores y rectores de empresas, creadores de desarrollo, dando ocupación a innumerables puestos de trabajo.
Junto a ellos los fallecidos, pero no solo no olvidados, sino más bien recordados: Nicomedes Garcia y Tomas Pascual.
Hoy siguen forjando la cadena segoviana, en el esfuerzo de su propia fragua, cuyo rescoldo se llevaron con ellos, para seguir como compañeros del viaje positivo.
Creadores actuales de desarrollo, dando ocupación a miles de personas e impulsando a esta España, casi desde su infancia luchadora, siguiendo el caminar de otras y otros, mujeres y hombres de personalidad recia, ejemplo que fueron de lucha primigenia y de liderazgo indiscutible; Blanca de Silos, Jose Antonio Nieves Conde, cineastas irrepetibles, marcando “Surcos” para la modernización de España, Pedro Delgado, que Cantó el triunfo de España en los Campos Elíseas de Paris.
Todas y todos, hijos de una misma TIERRA MADRE, aquella tan dura que alumbró a Emiliano Barral , la que hoy acoge su recuerdo y ofrece el esfuerzo de todos sus hijos, donde la vida los colocó.
De todos se siente igualmente Madre y llena de orgullo Segovia, la siempre libre y modesta, la maltratada en Villalar, pero orgullosa de todos sus hijos ausentes.
Y los idos, como Emiliano, muy presentes, todos, en la Historia de esta “Piel de Toro” que nos cobija.
