He tenido la oportunidad de asistir durante tres días a un evento único, días en los que el deporte ha cobrado protagonismo desde la voz de los deportistas y la práctica activa al mayor nivel de exigencia. Voces autorizadas para proyectar valores y acercar experiencias.
Vaya experiencia poder disfrutar de tener tan cerca protagonistas sublimes de la mejor época del deporte español.
Sin duda, la apuesta del Ayuntamiento y su concejal de Deportes por traer eventos que sumen a una ciudad humilde es valiente y necesaria.
Comenzó Toni Nadal, un entrenador de la ‘vieja escuela’ que hablaba de compromiso, del “no hay excusas”, nos habló de cómo superar la adversidad haciendo del día a día una oportunidad para sumar capacidad de aguante, de dar el 120 por ciento, de entrenar el carácter, recapacitando en que “aun teniendo los mismos valores, lo que falta a los jóvenes hoy, es la capacidad de aguante”. Llamamos también a la puerta de la nostalgia con los héroes de un Caja Segovia que nos hizo tocar el cielo y corroboraron como hicieron Corbalán e Iturriaga que el secreto es crear un grupo de amigos que trascienda al talento.
Cerramos con Ruth Beitia y Lydia Valentín reflexionando en la importancia de luchar por sus sueños, de disfrutar del camino y de vaciarse y del cómo, dos niñas con solo 11 años y siguiendo la estela de equipos y méritos olímpicos que dieron un empujón a la confianza del deporte español, eligieron pertenecer al selecto club de la élite que han hecho grande la marca España, un éxito que es una realidad como lo fueron los méritos del Caja y la selección de baloncesto del 84 por un valor tan imprescindible como es el compromiso.
