El Centro cultural San José de Segovia acogió esta semana un acto público de debate centrado en un tema de actualidad en estos momentos centrado en las reivindicaciones de la agricultura y ganadería local, nacional e internacional.
La charla inicial contó con las ponencias de Rosa María Arranz, de la Unión de Campesinos de Castilla y León y con Carlos Gil, de Podemos.
Rosa Arranz centró su intervención en las diferentes visiones presentes dentro del sector agrario, que “pueden llegar a crear separación entre los manifestantes”. Concretamente, trató los problemas que han llevado a la movilización que actualmente recorre Europa, afectando de forma profunda también a los pueblos de la provincia de Segovia. Así profundizó en las malas cosechas de los dos últimos años; en la ineficaz y desigual ayuda de la PAC, cuyas ayudas recaen más en los grandes propietarios que en los agricultores y ganaderos a título principal.
También habló de la diferente visión que existe sobre el tema medioambiental en el sector y en el uso de herbicidas y otros productos que han provocado división de opiniones e intereses en las protestas; la llegada de productos de otros países en condiciones diferentes; la falta de relevo generacional o la desigual competencia entre las pequeñas explotaciones y las macrogranjas y macrorregadíos.
Por su parte, Carlos Gil habló de la crisis mundial, y también local, en que se encuentra sumido el modelo agroalimentario, con problemas globales que inciden localmente. Así se refirió a los tratados de libre comercio, el alto volumen de importaciones y exportaciones, la globalización sometida a medidas capitalistas, el cambio climático, las ideas de izquierda dentro del mundo rural, la soberanía alimentaria y concluyó preguntándose por la difícil viabilidad de este sector, pues todo parece favorecer a las grandes explotaciones y a las concentraciones de capital.
El interesante y profundo debate posterior abarcó muy diversos aspectos propuestos por el público asistente. Se propusieron temas como los precios en origen, incidiendo en que las partes más débiles son el productor y el consumidor, mientras que gran parte del poder se encuentra en la cadena alimentaria intermedia; la difícil pero imprescindible alianza entre agricultores y ecologistas; la situación internacional y sus repercusiones; el agotamiento de las tierras y la falta de cuidados del suelo; el modelo de producción “salvaje” en el que todo vale en aras de un beneficio económico en una desenfrenada carrera para “tener más”; el papel de los medios de comunicación y la desinformación que a menudo provocan, por partidismo o falta de conocimientos; la despoblación del campo y otros temas más.
El acto concluyó con unas palabras de conclusión de los ponentes que pusieron de relieve la importancia de continuar la lucha por las condiciones de vida y producción del mundo rural sin perder de vista todas las dificultades que los rodean.
