Siete jornadas restan en la Segunda B del fútbol sala y Adrián Velasco aún no ha podido completar una convocatoria. Una plaga de lesiones que se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza para un San Cristóbal que, aún con ello, mantiene muy vivas las opciones de su ansiado objetivo de la permanencia.
El conjunto segoviano es décimo clasificado con 30 puntos, y un encuentro menos que el resto, dado que su compromiso liguero del fin de semana pasado frente al Full Energía Zaragoza se vio obligado a ser aplazado a razón de las condiciones meteorológicas. Un colchón de puntos que el San Cristóbal espera poder mantener en este tramo final de curso, pero que perdió una oportunidad de oro en esta jornada en su desplazamiento a Vizcaya.
Allí, con ocho jugadores de campo y dos porteros, el conjunto segoviano dio la cara y cerca estuvo de sacar un resultado positivo, pero una serie de factores lo condenaron. Los culpables, su falta de acierto de cara a gol y una nueva y raquítica desconexión defensiva que los locales no desaprovecharon.
Entre un ambiente cálido y una alta presión del Zierbena, el equipo de Adrián Velasco se hizo grande en los primeros compases de partido. Tanto que, desde una sólida defensa, pronto se le puso el partido de cara con las dianas de Álvaro de Luis y Raúl Velasco. Pero con el 0-2 en el luminoso, el conjunto segoviano volvió a las andadas y un par de minutos cargados de fallos de concentración tiraron por la borda todo el trabajo previo. En esas, los locales no fallaron en la definición y en dos rápidas acciones colocaron de nuevo las tablas en el marcador.
Con el empate comenzó un segundo período en el que, el técnico del San Cristóbal, optó por salir de juego de cinco. El objetivo, evitar una desconexión que lleva acusando el conjunto segoviano hasta en los seis últimos encuentros en forma de goles en contra. Plan infalible. La pizarra de Adrián Velasco dio sus frutos no recibió, aunque perdonó.
Hasta cuatro fueron las ocasiones de gol que gozó el equipo segoviano para adelantarse en el marcador sin éxito, aunque a la quinta fue la vencida. Por medio de una contra ejecutada a las mil maravillas, de nuevo Álvaro encontró la recompensa e hizo justicia. Con el 2-3 en el marcador el guion del encuentro varío, el Zierbena dio un paso al frente y se lanzó a por el empate, con un San Cristóbal que cerró filas en busca de cazar una contra que fuese definitoria.
Los vizcaínos apostaron por el juego de cinco y en un error defensivo de la zaga segoviana, lo castigaron los locales para empatar el partido. Un gol que supuso un jarro de agua fría para un San Cristóbal que entró en depresión en forma de una nueva desconexión y que, en la reanudación recibió un nuevo mazazo con el 4-3.
Con el encuentro en su recta final, el conjunto segoviano volvió a apostar por un juego de cinco errático que el Zierbena aprovechó para, con dos disparos desde su propia cancha tras dos robos previos, cerrar el partido con el 6-3 definitivo y dejar de vacío la visita del San Cristóbal.
