Conociendo un poco la historia reciente del Balonmano Nava, y el disgusto que supuso el descenso de la Asobal hace un par de temporadas cuando el equipo había firmado una sensacional primera vuelta, no serán muchos los que consideren que con 22 puntos se ha evitado el descenso a División de Plata. Pero la realidad es que, con ese número de puntos es bastante más que improbable que el conjunto segoviano acabe firmando la pérdida de la categoría, existiendo más opciones de pelear por ocupar una de las ocho primeras plazas.
Frente a un Fertiberia Puerto Sagunto que necesitaba una victoria como el comer, pero que sigue ofreciendo unas malas sensaciones sobre la pista, sobre todo a nivel defensivo, el conjunto segoviano ofreció una versión muy solvente tanto en defensa como en ataque, y sólo un puñado de minutos de una cierta zozobra pusieron algo de incertidumbre a una victoria que pareció muy clara durante prácticamente todo el partido, salvando unos primeros compases en los que el equipo valenciano mantuvo la iniciativa en el marcador.
Pero rápidamente el Viveros Herol Nava marcó una pequeña distancia de dos tantos, con su oponente tratando de responder con Alex Plaza, el fichaje de invierno que los porteños se vieron obligados a incorporar ante la epidemia de lesiones. Sin embargo, al equipo rojiblanco le costaba hacer frente a una férrea defensa rival, mientras que los de Nava de la Asunción llegaban con facilidad a la meta defendida por Dani Martínez, que fue superado por Prokop, Moyano y Nevado.
Antes de cumplirse los diez primeros minutos, y con 4-8 en el electrónico, Toni Malla paró el reloj para volver a meter en el partido a sus hombres, pero la dinámica no cambió, y al buen hacer del equipo visitante se vinieron a sumar las paradas de Luis De Vega, que mantuvo la buena línea del encuentro de la pasada jornada con acciones de mucho mérito incluyendo dos paradas a sendos penaltis lanzados por Nolasco y Plaza.
El equipo de Álvaro Senovilla vivió durante toda la primera parte con una relativa tranquilidad, manteniendo una distancia que que logró elevar hasta los cinco tantos (9-14, m.25), momento en el que Toni Malla decidió meter en la portería a Luka Krivokapic. Pero la diferencia incluso subió a seis goles, con un último gol de Carró desde el campo contrario, que aprovechó la portería vacía (11-17) ya que el Puerto Sagunto intentaba mejorar sus números ofensivos vaciando la portería y atacando con siete jugadores.

UN EQUIPO A MENOS, Y OTRO A MÁS

El paso por vestuarios no hizo cambiar la decoración del partido, con el conjunto local muy irregular en ataque, y el Balonmano Nava trabajando bien en ambas áreas. Con 15-21 de nuevo el técnico local paró el encuentro para tratar de revertir la situación, pero la falta de rotaciones en el Puerto Sagunto provocaban que la intensidad fuera paulatinamente a menos. Los pocos jugadores rojiblancos disponibles para el choque comenzaron a mostrar signos de cansancio, acumulándose los problemas con la lesión de Diego Olba y el Viveros Herol supo sacar provecho de la situación con ataques rápidos con los que Prokop y Smetanka se reivindicaban después de unos cuantos partidos sin ser tan protagonistas en el juego ofensivo.

Senovilla: “Hemos hecho un partido muy serio desde el inicio. El trabajo defensivo ha sido muy bueno y hemos ganado de forma justa”

Hasta siete goles de renta llegó a tener el equipo segoviano mediado el segundo tiempo. El partido parecía terminado con muchos minutos todavía por jugarse, pero en balonmano dar los encuentros por terminados antes de tiempo suele ser un error, y la expulsión por roja directa de Pancho Ahumada vino a dar nuevos bríos a los locales, que llegaron a reducir las diferencias desde los siete a los cuatro goles, más ataque para bajar la distancia a tres, gracias al acierto de Plaza en los siete metros, los goles de Parera y un par de paradas de Krivokapic.
Pero una parada de Luis de Vega a lanzamiento de Carlos Pueyo, y un posterior gol de Smetanka acabaron con la reacción local, y el Balonmano Nava supo llevar el encuentro a un inesperadamente tranquilo desenlace final. Los 22 puntos son un hecho y ahora (aunque las matemáticas sean tozudas) toca replantearse los objetivos.