No voy a referirme exclusivamente a la moda en la indumentaria, dado que existen muchas clases de modas y todas de gran interés. La palabra “moda” procede del francés –país que siempre ha estado a la vanguardia de la “moda”- y ésta palabra procede a su vez del latín, ya hoy casi olvidado, aunque a los que lo estudiamos en aquel Bachillerato de hace ya…nos traía de cabeza para traducir los párrafos que nos señalaban de la famosa “Guerra de las Galias”, de Julio César. Porque entonces no se había publicado ningún ejemplar con la traducción, que si no…O sea, que solo a base de diccionario Latino-Español y Español-Latino, de Francisco Jiménez Lomas, que conservo –y manejo a veces-.Séptima edición. Adquirido – sello en tinta morada- en Librería Cervantes. C. Herrero. Cervantes, 18. Segovia. ( Para recuerdo de Guillermo, su nieto).
¿Cabe suponer que la moda, ahora sí del vestir, tuviera su origen en aquel Paraíso Terrenal del que habla la Biblia? Cuando Adán y Eva, después de su desobediencia divina se dieron cuenta de que estaban desnudos, buscaron algo para protegerse y se dice que utilizaron una hoja de parra, que posteriormente ha sido muy utilizada por pintores y escultores. Aunque es posible que también en el Edén existiera ese árbol encontrado en Brasil cuyas hojas dicen que alcanzan la altura de un hombre.
“La moda ha existido siempre. ¿Qué eran sino una de sus manifestaciones los tatuajes que lucían los individuos pertenecientes a la raza Cromagnon? La moda viene a ser, nada menos que una de las expresiones más significativas de cada época. La moda suena a frivolidad. Sin embargo, nada tiene de fútil. Constituye una necesidad, un fenómeno psicológico, una apasionada entrega y, en ciertos casos, una razón de vivir”
Estas ideas las expone Agustín de Figueroa, marqués de Santo Floro, en su libro “Modos y modas de cien años”, publicado, en gran formato, por Aguilar en 1966. Aunque el ambiente y los textos se localizan en Madrid, todo cuanto relata puede aplicarse a cualquier otra ciudad española o extranjera. Y es que al hablar de moda no solo debemos pensar en la forma de vestir, porque moda ha existió y existe en la vida social, en el estilo de mobiliario y decoración, en el estilo epistolar, en las revistas, en los deportes, en los baños, en la desgraciada época de los duelos a pistola o espada, en los coches, en la fiesta taurina, en el uso de elementos accesorios para decoración, para vestimentas en la mujer (sombrillas, sombreros, abanicos…) y en el hombre (chisteras, sombreros, gorras…), y así podríamos ir señalando más conceptos y objetos y motivos para considerarlos “de moda”.
Pero, ciertamente, la moda en el vestir es la que siempre ha dado más que hablar (y que pensar a ellas y ellos), ante las numerosas formas y ocasiones de presentarla, y vestirla.
Históricamente, la moda siempre ha tenido a la ciudad de París como el ejemplo de mayor solidez, inventiva, creación. Pero los grandes modistos y modistas parisinos ya no son exclusivos, porque los hay de mucha relevancia también en nuestro país y, ampliemos diciendo que en todos los países, respondiendo sus creaciones en buena parte a la climatología invernal y veraniega características de cada lugar.
En nuestra misma ciudad podemos observar la gran variedad de vestimenta que hoy utilizamos. Solamente hay que caminar por la Calle Real para contemplar el espectáculo, eso sí, observando con la mirada a uno y otro lado. La indumentaria muy uniforme que privaba no hace mucho tiempo, se ha olvidado por completo y hoy, mujeres y hombres, vestimos de forma completamente informal, hasta llegar a veces a lo exagerado. Las cabezas las adornan ellas con sombreritos y gorros de tela o punto, y “nosotros”, con sombreros, gorras y cada día con mayor presencia de gorros de punto también. Y lo que ciertamente domina es el pantalón vaquero, que sigue en “mayoría” con uso lo mismo en mujeres que en hombres.
Hace unas fechas he visto por televisión un desfile de modelos de muchachos exhibiendo ropas femeninas, vestidos largos, faldas, shorst…Lo que puede ser señal de que no tardando mucho veremos algo de ello en nuestra Calle Real, por la que también la moda de pasear perritos está a la orden del día, exhibición ya antigua que ofrece animales de compañía de las más diversas razas.
No olvidemos tampoco que la moda en el vestir puede inducir a “copiar” modelos de lo más diverso, y no solo en la llamada alta sociedad, sino en cualquier nivel, por eso de que en cuanto a gustos no hay nada escrito y cada día más se cambian los gustos y “las adicciones”.
Hace poco se ha celebrado en IFEMA el MOMAD, salón especializado en moda, con un muestrario entre clásico y ultramoderno, y con incorporaciones muy originales como referencias al mundo de los fósiles (¡qué imaginación!), la tierra y mucha variedad de tonos: óxido verdosos, ocre, grises sofisticados…. Y es que la moda en el vestir tampoco se detiene.
Contaba el P. Coloma en su famosa novela “Pequeñeces”, que cierta dama, que gustaba de ser muy aficionada a “vestir bien”, acostumbraba a cambiar mucho de vestimenta. Un día, arreglándose para asistir al teatro, repreguntó a una amiga si con el vestido que lucía, con colores blancos y negros, iría bien ponerse guantes de uno u otro color. La amiga le aconsejó y cuando estaban llegando al coliseo, la dama se fue a poner los guantes, observando que distraídamente había tomado uno blanco y otro negro. Quiso volver a casa para enmendar el despiste, pero su amiga le aconsejó que no lo hiciera, y se pusiera uno de cada color, advirtiéndola: “Póntelos; lo tomarán por una originalidad, y mañana tienes la moda en planta”. Y así fue, porque al día siguiente se veían por todas partes del teatro trajes de colores diversos con guantes de colores diferentes.
Como es lógico, también la Consejería de Industria, Comercio y Empleo de Castilla y León ha anunciado que impulsa un proyecto para relanzar el sector textil que cuenta con un negocio “responsable, sostenible y con una producción de proximidad”. Porque dicen que la moda mueve 200 millones de euros y da empleo a 2.300 personas en nuestra Comunidad, en la que hay 546 empresas del sector entre las nueve provincias.
P/D. De la desgraciada situación actual de la política española, más vale no comentar..
