Amigos del Patrimonio de Segovia y la Asociación de vecinos del recinto amurallado de Segovia (AVRAS) el nuevo descalabro que para la esperanza de vitalidad del Centro Histórico supone el anunciado traslado de 200 funcionarios de los servicios municipales al edificio CIDE, concebido para otros usos que nada tienen que ver con el que ahora se le destina.
Esta anunciada medida rompe la expectativa y el propósito acariciado de hace no pocos años y que parecía hace unos meses pronto a cumplirse, de que sería el antiguo edificio de la Tesorería de la Seguridad social (INSS), de la Plaza Reina Doña Juana, el que albergaría los servicios municipales que el Ayuntamiento tiene dispersos fuera del centro, en especial, los servicios de urbanismo y algunos de los que ocupan provisionalmente el centro cívico de San José. Esto suponía previamente un acuerdo del Ayuntamiento con el titular del edificio en cuestión, el actual Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Teníamos informaciones que hablaban de la buena disposición del Ministerio hasta el punto de contemplar incluso una posible cesión gratuita al Ayuntamiento, condicionada a usos de servicios públicos.
Con el ánimo de obtener una información directa, el pasado día 31 de enero los presidentes de ambas asociaciones nos entrevistamos con la Subdelegada del Gobierno en Segovia para informarnos del estado de este tema. La subdelegado provincial no pudo asegurarnos la gratuidad de la cesión, pero sí la seguridad de que por parte del ministerio había una voluntad abierta de llegar a un acuerdo.
Entendemos, pues, que es el momento de activar esa negociación y concluirla en el sentido más beneficioso para la ciudad, teniendo en cuenta que como integrante del Estado también al Ministerio le compete la obligación de “garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del Patrimonio Histórico, cultural y artístico de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad” (Art. 46 de la Constitución Española). Y parece bien evidente que difícilmente se cuida este patrimonio con su abandono. Desde esta perspectiva, tanto el Ayuntamiento como el Ministerio deben asumir la parte que les toca.
El más elemental y evidente análisis de lo que está ocurriendo en los Centros históricos, y en esto Segovia es un caso paradigmático, establece que este proceso se inicia con la pérdida de servicios. Es este hecho el que desencadena los conocidos procesos de pérdida de población, agravado por la pérdida de condiciones de habitabilidad para los vecinos, la incomodidad por el turismo y el ocio, la especulación en construcción y alquileres, la nula inversión en vivienda social, la escasísima dotación para la rehabilitación de viviendas, la difícil rehabilitación para el vecino, forman un hermoso caldo de cultivo para el ya conocido proceso de gentrificación, que destruye el modo de vida tradicional de la ciudad y la condición de sus habitantes de forma esencial, alumbrando otra ciudad y otra forma de habitarla que pervierte su identidad.
Por otra parte, llama la atención que en una situación en la que se quiere favorecer la peatonalización y el uso público del transporte, se desprecia la única fortaleza que aún le queda al Casco histórico que es ser el punto mejor comunicado de toda la ciudad. Sin embargo, se desperdicia y se desaprovecha esta fortaleza y domina la “aspiración de grandeza” de las administraciones que sitúan los nuevos servicios en lugares mal comunicados para llegar a los cuales la población local y más aún la provincial necesita el uso del coche particular, necesidad que se dice paliar con la posibilidad de aparcamiento.
Esa especie de espiral que describíamos en un párrafo anterior, tiene un punto de rompimiento y no es otro que el punto por donde se inició: la recuperación de servicios y la recuperación de otros motivos para acceder al casco histórico que no sean solo el ocio y el turismo.
Por eso nos parece tan importante la actuación que exigimos, porque sería un punto de inflexión, un gesto al menos, nada baladí, de que por fin una Administración apuesta por revertir el proceso de vaciamiento del Barrio Histórico.
Esa oportunidad la tiene en este momento el Ayuntamiento y a un coste económico más favorable que el desembolso que supone habilitar un edificio nuevo no concebido para esos usos, al que se le priva a la vez de un destino más acorde con las pretensiones de crecimiento en oportunidades para nuevas empresas. Se ofrece como una oportunidad, de fácil aplicación, de mostrar su voluntad de favorecer la vida en el Casco Histórico y asegurar el valor fundamental por el que Segovia es Patrimonio Mundial. A veces es necesario recordar lo más obvio, y, en este caso, lo más obvio es dejar claro que lo que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad es “la Ciudad Vieja de Segovia y su Acueducto” y es, por consiguiente, la conservación y la defensa de esa ciudad, en su condición de tal, lo que obliga a las Administraciones y a los propios ciudadanos a mantener esa condición. UNESCO afirma que “la conservación de las ciudades históricas compete en primer lugar a sus habitantes”. Es claro que mal van a cumplir su encargo si se les echa de ellas.
Pedimos, pues a las Instituciones segovianas y a los segovianos en general se sumen a esta reivindicación y se tomen en serio lo que la mayor parte consideró una inocentada y vayan más allá de la simple desaprobación de tertulia. Desde hace bastantes años nuestras dos asociaciones, han encontrado convincentes razones de proximidad desde preocupaciones y puntos de vista distintos pero que resultan convergentes y que hemos venido expresando en una ecuación intercambiable: “Un Patrimonio habitado, es un Patrimonio conservado”. “Un Patrimonio conservado es un Patrimonio habitado”. Y parece que esto debería ser una evidencia para todos.