El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunirá el sábado con los representantes de 30 de las principales empresas del país para acelerar la recuperación económica, según informaron ayer fuentes del Ejecutivo. El objetivo es compartir puntos de vista en torno a la situación de la economía española y sus perspectivas de futuro.
Para Moncloa, en estos momentos en los que aún existe incertidumbre sobre el ritmo de salida de la peor crisis internacional de las últimas décadas, resulta imprescindible aunar el esfuerzo de todos para permitir que la economía española afiance y acelere el proceso de recuperación y se favorezca así la creación de empleo.
La cita tendrá lugar en una semana conmocionada en los mercados y en la que la prima de riesgo de la deuda nacional ha alcanzado máximos históricos después de que la UE decidiera acudir al rescate financiero de Irlanda.
Conviene recordar que el líder socialista avanzó el pasado fin de semana su intención de mantener esta reunión con los máximos responsables de las 25 grandes firmas españolas pero, finalmente, se ha decidido ampliar el número para que estén representados todos los sectores importantes del Estado.
Según explicó el ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, la reunión pretende «establecer un marco de entendimiento» para promover «la confianza en el futuro y en la capacidad de recuperación y de creación de empleo».
Al encuentro acudirán los presidentes de los principales bancos: Santander, BBVA, Popular, La Caixa y Caja Madrid. Asimismo, los de las compañías energéticas y de comunicación. Incluso El Corte Inglés, Mercadona o Telecinco, por no hablar de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones; el único colectivo de hombres de negocios que ha sido convocado.
No obstante, la ausencia de la CEOE y de Cepyme ha sorprendido, por no decir contrariado, a muchos, empezando por las propias agrupaciones, que no entienden por qué desde Moncloa se les ha «ninguneado».
Mientras apura sus últimos días al frente de la patronal, su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, criticó la iniciativa de Rodríguez Zapatero porque no cree que puedan aportar medidas distintas de las ya planteadas: «Le van a contar lo mismo que le venimos contando desde la CEOE desde hace ya más de dos años».
Además, recordó que su organización representa a «todas las empresas españolas, de todos los tamaños, sectores y territorios», que su grupo ha recabado ya la opinión y propuestas de éstas respecto a la crisis y las ha trasladado al Gobierno, en el marco de un trabajo desarrollado a lo largo de los últimos dos años. Para finalizar, lanzó un ataque directo al número uno del PSOE: «Los mandatarios están obligados a mirar por el interés general y no por el de unas elecciones cercanas». Asimismo, el líder de Cepyme, Jesús Terciado, sostuvo que enviará una queja formal al político leonés.
Desde la otra orilla, la sindical, el secretario confederal de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, calificó de «operación cosmética» el encuentro. Así, acusó al Gobierno de «estar en un proceso de golpes de efecto», que comenzó con el cambio de Gabinete, ya que, puntualizó, si el Ejecutivo cambia los ministros con el objetivo de comunicar y «no hay nada que comunicar, da igual que haga juegos malabares». En el mismo sentido, señaló que el Plan Social «no tiene ninguna capacidad de impacto» en la actual situación económica, por lo que advirtió de que los ciudadanos «no son idiotas» y saben que la crisis no se afronta con «envoltorios vistosos», sino con políticas.
Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, recriminó al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, la foto que se hará el próximo sábado en el Palacio de la Moncloa con los 30 grandes empresarios españoles, ya que, a su juicio, a quien debería recibir es a los «miles» de autónomos y pymes que están «ahogados» por la crisis. «Lo que tiene que hacer es no mentir como Grecia e Irlanda», apostilló.
La respuesta de Ferraz vino de la mano del titular de Fomento, José Blanco, que instó al PP a definir si está «con España» o «con los que quieren especular contra ella», y consideró que al país le conviene «un poco más de patriotismo y orgullo nacional».
