“No le importaba que se la echaran a suerte. Llegó la noche, llegó el champan, llegó la hora de la verdad y esa apuesta, al final, la ganó la muerte …”.
Menuda ‘milonga’ buena esa de: “Echamos una mano en la directiva, no es nada”.
Una de las funciones más ingratas dentro de un club, creo que es la de ser directivo. Este cargo implica dedicar tu tiempo e incluso tu dinero para organizar y lograr que una estructura de club funcione en todos sus niveles; conseguir sustento económico, ropa, instalaciones, horas, desplazamientos, fichas, inscripciones, … y muchas más que no quiero recordar.
Son tareas nada agradecidas que, en ocasiones y debido a la poca paciencia, son el punto donde el socio focaliza las críticas, sin tener en cuenta su labor altruista en la que los directivos pierden más de lo que ganan. Por este motivo quiero agradecer y felicitar a las directivas actuales y anteriores su labor, porque gracias a ellos los clubes se mantienen operativos.
Las lesiones son una pena y desde aquí mando ánimos a todos aquellos deportistas que lo están pasando mal por ellas, en especial a Javi Guerra que estará tocado por su lesión, aunque sé que se va a regresar más fuerte aún. Pero también hay alegrías, y quiero felicitar a Idaira Prieto que ha vuelto a colgarse una chapa en un nuevo campeonato.
Los míos lo dieron todo y compitieron, así que no se les puede hacer ningún reproche. Me quedo con el trabajo, con el esfuerzo y su agradecimiento. Recordad que llevamos cinco entrenamientos, y en muchas ocasiones ni sabéis para qué hacemos tal o cual ejercicio, pero tened en cuenta que “un jugador gana partidos, pero un equipo gana campeonatos”.
Semper Fidelis.
