El Gobierno belga anunció ayer cambios urgentes en su legislación para mejorar la capacidad de respuesta ante la amenaza terrorista, incluidas medidas que permitan ampliar los supuestos en los que realizar escuchas telefónicas y retirar la documentación a sospechosos para evitar que viajen para ser formados a Siria u otros focos del yihadismo.
También habrá cambios para retirar la nacionalidad a sospechosos de terrorismo, se preparará en las próximas semanas una lista negra de yihadistas para “congelar sus haberes en Bélgica” y se tomarán medidas para aislar en módulos específicos a terroristas encarcelados e impedir que transmitan mensajes o capten a otros presos.
El primer ministro, Charles Michel, y los ministros de Justicia, Koen Geens, y de Interior, Jean Jambon, explicaron en rueda de prensa las doce medidas que el Gobierno decidió “acelerar” para luchar “contra el radicalismo y el terrorismo”, horas después de la desarticulación de una red yihadista que preparaba atentados “inminentes” en Bélgica.
A la luz de lo ocurrido en las últimas horas en Bélgica, Michel escribió a los jefes de Estado y de Gobierno del resto de la Unión Europea para pedir que la cumbre informal que celebrarán el próximo 12 de febrero adquiera carácter “formal”, con el objetivo de poder tomar “decisiones” a escala europea en materia de terrorismo.
Plazo
Entre las novedades que el Gobierno prevé tener listas en un plazo de entre dos semanas y un mes figura también la ampliación del número de delitos terroristas, para que “el simple viaje al extranjero por motivos terroristas será castigado”, indicó Geens.
La retirada de la nacionalidad por decisión de un juez penal era una reforma ya anunciada para determinados delitos, pero se va a adelantar y su aplicación se va a extender a nuevos delitos. También se prevé que se pueda retirar la nacionalidad belga a “toda persona con doble nacionalidad”.
En cuanto a la posibilidad de ordenar escuchas telefónicas, el Gobierno quiere que se incluyan nuevos supuestos como “la incitación al terrorismo, la formación y el desplazamiento al extranjero”.
Michel confirmó, además, que el nivel de alerta se elevóo a 3 (en una escala de 4) y que “el Ejército estará disponible” para reforzar la seguridad del país, en coordinación con la Policía federal.
En el marco de este mayor nivel de alerta, la decisión de desplegar al Ejército en lugares sensibles será “política” y Michel adelantó que ya hay un pelotón de 150 efectivos “preparado” para reforzar la seguridad. El ministro del Interior, por su parte, añadió que se convocará al Ejército para “misiones de seguridad específicas” y que los puntos en los que podrá ser desplegado se definirán en las próximas horas.
Detenciones
La operación contra el yihadismo lanzada en Bélgica en la tarde del jueves se saldó con trece detenidos y dos sospechosos fallecidos, tras un operativo que sumó una decena de redadas en Bruselas y otras localidades del país. Otros dos sospechosos relacionados fueron detenidos en Francia.
En una comparecencia el mismo jueves, la Fiscalía federal explicó que esta operación no tiene relación directa con los atentados de la semana pasada en París y que se aceleró tras constatar el riesgo de que los yihadistas perpetraran atentados “de envergadura” en Bélgica y de manera “inminente”. La propia Fiscalía matizó ayer que los ataques que planeaba esta red estaban dirigidos contra agentes de Policía en la calle y contra comisarías.
Pese a todo ello, el primer ministro dio por controlada la amenaza tras la actuación policial e hizo una llamada “para que no haya psicosis o pánico”. “En estos momentos, no tenemos constancia de amenazas precisas y concretas (contra objetivos en Bélgica)”, aseguró Michel a la prensa, para después advertir de que “el riesgo cero no existe, ni en Bélgica ni en ningún otro lugar”.