Aunque parezca relativamente sencillo vestirse de corto y ponerse a correr por las calles de Segovia el día de San Silvestre, No resulta tan fácil sacudirse la ‘galvana’ en una tarde de domingo que apunta más a gris que a soleada, y dejando pendiente la preparación de una cena más especial que cualquier otra. Por eso tiene su mérito que más de 3.000 personas de todas las edades (alguna menos que el año pasado, pero muchísimas de todas formas) se ‘apuntaran’ a una Carrera Fin de Año que gusta de pintar de colores a unos deportistas que afrontan con muy buen humor un recorrido siempre exigente, que en Segovia otra cosa no, pero cuestas tenemos para aburrir.
Los automatismos que ha ido adquiriendo la carrera con el paso de los años han venido a favorecer tanto la presencia de los participantes, como la del público que en las zonas más céntricas como la calle San Juan, el Azoguejo o la calle Real, con las tres vías que la componen, se agolparon para disfrutar tanto de las evoluciones de los atletas que con un ritmo extraordinario afrontaron los primeros compases de la prueba, como del resto de los participantes que hicieron gala de un extraordinario buen humor, puesto que los disfraces estuvieron a la orden del día, y el que no aparecía con un gorro de Papá Noel, lo hacía disfrazado de Mortadelo y Filemón, de egipcio, de alienígena… la imaginación tomó las calles de Segovia desde primera hora de la tarde, sin duda favorecidos por la ausencia de lluvia y una temperatura más que agradable para ser 31 de diciembre.
MEJORANDO LAS CARRERAS DE MENORES
La organización tenía entre ceja y ceja el poder mejorar el desarrollo de las carreras de menores, que el año anterior habían sufrido algunos problemas de aglomeraciones que habían generado situaciones no deseadas con los padres de los jóvenes atletas. La creación de alguna categoría más y el cambio de los cajones de salida a la zona de la Catedral fueron alguna de las medidas que surtieron efecto para que las carreras se fueran sucediendo sin apenas incidentes, aunque con tanto corredor fue normal que el dispositivo sanitario tuviera que atender a algún deportista caído.
Los cambios en las carreras de menores funcionaron y se evitaron los problemas de la edición anterior
Con los ganadores de las carreras tan contentos con sus medallas, con Javi Guerra y Águeda Marqués en el podio haciendo la entrega junto a las autoridades, poco a poco los atletas que iban a tomar parte en la carrera ‘grande’ fueron tomando posiciones en la avenida Padre Claret, ubicándose en los tres cajones de salida dispuestos para evitar las aglomeraciones y permitir que los corredores que iban a buscar la victoria pudiesen hacerlo sin demasiadas complicaciones.
Y en ambas categorías el abanico de favoritos era amplio, con los jóvenes atletas del Spórting Segovia demostrando su progresión, mientras que en féminas la ausencia de Sandra San Miguel, ganadora de la pasada edición, ponía bastantes más nombres en la lista de candidatas al triunfo.
Al final hubo ganadores inesperados. En la categoría masculina, un numeroso grupo de atletas tomó la cabeza desde los primeros metros, pero paulatinamente se fue viendo que la victoria iba a ser cosa de dos compañeros de equipo, el jovencísimo Alejandro Domingo, vigente campeón de España de 1.500 obstáculo en la categoría sub-16, y Rafa Rodríguez, el ganador del año pasado que no le iba a poner las cosas nada sencillas.
GANADORES INESPERADOS
El pulso se mantuvo durante buena parte de la carrera, pero llegada la última ascensión a la calle San Juan, Alejandro había conseguido unos metros de ventaja sobre sus perseguidores, y llevado en volandas por los espectadores que llenaban las aceras de las calles aledañas a la plaza Mayor, logró entrar como vencedor en la meta, con un crono de 15:22, promediando poco más de tres minutos el kilómetro, que tiene su mérito teniendo en cuenta el recorrido. Por detrás del vencedor llegó Rafa Rodríguez, por lo que el Spórting Segovia hizo doblete, y un poco más atrás llegó Mario Somoza para completar el podio.
Tres años hacía que la segoviana Rebeca Gil no competía en la Carrera Fin de Año, y por esa razón no entraba en las quinielas de las posibles vencedoras de la prueba. Pero la atleta del Oviedo Atletismo demostró ser, de largo, la más fuerte de todas las competidoras, y con un ritmo que no sólo fue imposible de seguir por sus rivales, sino que le permitió situarse en el entorno de los 40 mejores de la general total de la Carrera Fin de Año, consiguió el triunfo con un crono de 18:18, y un minuto de ventaja sobre Raquel Rivas, quer fue segunda. y algún segundo más sobre Ana Isabel García, que las acompañó en el podio.
Alejandro Domingo mostró su gran estado de forma, y Rebeca Gil sorprendió a todos ganando con mucha facilidad
Tras los ganadores, deportistas y más deportistas llegaron a cruzar la línea de meta. Porque durante más de veinticinco minutos los participantes en la prueba fueron terminado de mejor o peor manera. Los últimos, y a mucha honra, los integrantes de la Peña El Cocido que casi suman tantas Sal Silvestres y Carreras de Fin de Año como comidas compartidas (si se permite la exageración), aunque quien cerró la llegada fue Gonzalo Matesanz.
Jesús Garrido, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Segovia, valoraba la Carrera de Fin de Año de manera positiva, “ya que con unos números similares a los de la pasada edición, mi gran preocupación eran las carreras de los pequeños que tuvieron lugar en la plaza Mayor. Después del caos del año pasado me preocupaba que pudiéramos darle otro aire y así fue con la implementación de mas categorías, de los cajones de salida y llegada con solamente acceso para padres. Así no hubo situaciones caóticas, y la gente estaba encantada y disfrutando de la fiesta, que era en lo que consistía”.
