Para actuar hay que conocer la realidad con los ojos y con el corazón”. La frase de Julio Alonso, consiliario de Cáritas Segovia define no sólo el objeto del estudio presentado ayer, sino el trabajo diario de una organización cuyo objetivo se centra en la atención a “los últimos de los últimos”, en palabras en este caso de la directora de Cáritas Rosario Díez.
Las cifras cantan. El pasado año Cáritas Segovia atendió a un total de 2.182 personas en los diferentes programas que desarrolla, y que van desde atención primaria, infancia y juventud, empleo, mayores y toxicomanías hasta el conocido ropero, del que el pasado año se beneficiaron 2.586 participantes.
La edad de la población atendida es diversa, aunque la acción se concentra especialmente en hombres de 30 a 54 años y en mujeres de 25 a 59 años. La población atendida española supone ya el 46,2% de todas las personas, una proporción que ha crecido considerablemente en los últimos años, desde el 36,8% en 2010. Entre aquellas personas que no tienen nacionalidad española, la mayoría proceden del continente europeo, un colectivo que se ha incrementado notablemente desde 2010 (49,5%) hasta el 2012 (56,3%). La mayoría de la población extranjera (61,9%) atendida tiene autorización de trabajo y residencia en España. Casi el 23% tiene autorización de residencia, pero no de trabajo y el 15,3% tiene una situación legal irregular, siendo éste el grupo de población acompañada que más se ha reducido en los últimos años.
Aunque la mayor parte de las personas que son atendidas por Cáritas se encuentran desempleadas (70%), también se reciben solicitudes desde la población económicamente inactiva (16,9%) y de personas que realizan un trabajo remunerado (11,7%).
Las composiciones familiares de la población atendida son múltiples, aunque casi la mitad forman parte de una pareja con hijos, y casi una cuarta parte son familias unipersonales.