“Vi a mis padres correr en busca del dorado, vi a mis padres luchar, cada uno por su lado, lo mejor de sus vidas, donde se ha quedado, …”
Domingo, poco antes de las 10 de la mañana. Sobre el helado césped artificial un grupo de niños de apenas 9 años, llenos de ilusión se disponen a jugar un partido de futbol 7. Entre ellos hay algunos ‘valientes’, desafiando al frío en pantalón corto, pero otros con mallas y camisetas de manga larga bajo las equipaciones de la Segoviana y del Unión.
Partido entretenido en el campo y en la grada, donde los padres en ocasiones ponen nerviosos a sus hijos y eso no les ayuda, pero si les dejan jugar y disfrutar se lo pasan en grande y compiten sin maldad.
Comprobar la ilusión con la que disputaban un balón y corren tras él sin tener conciencia de que no llegaban a salvarlo, o ver la celebración de los goles no tiene precio, y es que no terminamos de darnos cuenta de lo importante que es lo que transmitimos con nuestros comportamientos cuando estamos con los pequeños. No vale de nada vender la moto de que sean buenos, que no contesten o que respeten a los demás y bla, bla, bla si luego te pones como un energúmeno protestando al árbitro, insultando a un rival o incluso a tu propio hijo.
Una señora en la grada le dijo a alguien: “deja de comportarte así, si quieres montar el pollo lo haces después pero ahora no que descentras a los críos”. Señora, mis felicitaciones por la reflexión y por el apoyo que tuvo del resto de padres que estaban por allí, porque entiendo el ‘calentón’, pero hay que tratar de mantener las formas: ustedes son ejemplo para sus hijos.
Felices Fiestas, ‘Trincheri’ vuelve a los banquillos…
Semper Fidelis.
