“No hay dos sin tres, ni cuatro sin cinco… y, si no me equivoco, el archivo de Manuel Riosalido da para bastante más”, bromeaba en el Museo Rodera Robles el presidente de su Fundación y presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, en la visita a la quinta exposición que el espacio dedica al archivo de más de 200.000 negativos de ‘Foto Rio’ y con la que la institución provincial ha vuelto a colaborar.
Acompañado del director del Museo, Rafael Cantalejo, Miguel Ángel de Vicente anunciaba la muestra, hasta el próximo mes de junio, de otra representación de instantáneas que reflejan la vida de los segovianos durante los años centrales del siglo XX. En concreto, esta quinta entrega de ‘El valor de la mirada’ sitúa sus escenas en los tres años que van de 1958 a 1961 y, a diferencia de la exposición anterior, que ahondó en los rincones de la provincia por los que Foto Rio desempeñó los distintos encargos recibidos de Luis Felipe de Peñalosa, se centra de manera exclusiva en la capital.
Como imagen destacada de esta exposición, Rafael Cantalejo elige una en la que una familia de titiriteros, con padres, hijos y nietos presentes, hacen una torre en un espacio que ya no existe: el inicio de la carretera de Boceguillas, que ahora es la plaza Oriental. “Define mucho el tipo de sociedad que había entonces; una vida de posguerra en la que la gente se tenía que ganar la vida como fuera”, coincidían en señalar Miguel Ángel de Vicente y Rafael Cantalejo.
Además sorprende otra fotografía “de una vista desconocida de lo que sería el encuentro de la calle Cañuelos, con la avenida Padre Claret y Coronel Rexach, en un momento en el que están desmontando la tubería de hierro que estuvo sobre el Acueducto desde 1927 a 1960 aproximadamente”, indicaba Rafael Cantalejo, comentando que “la quitaron porque a veces reventaba con el agua y el hielo, había filtraciones y se llenaban los arcos de carámbanos, de modo que encontraron otro sistema por el que llevar el agua a la parte alta de la ciudad”.
Curiosidades como éstas y otras tantas más pueden contemplarse en una exposición que volverá a poner delante de los ojos de más de una generación imágenes de su infancia o adolescencia, que, como señalaba de Vicente “o bien habían olvidado, o bien, seguramente, recordarán con todo detalle”. La peculiar casa que fue sustituida por el edificio que ahora es la cafetería La Colonial en la Avenida del Acueducto o las escenas de gigantones y fiestas cuando el recinto ferial se ubicaba en el Paseo del Salón, también sorprenderán a aquellos segovianos que quieran acercarse a visitar la exposición, abierta en horario de martes a sábado de 10:30 horas a 14:00 horas y de 17:00 horas a 19:00 horas, y que se completa, como es habitual con objetos de la época elegidos de manera minuciosa por los coleccionistas y responsables del montaje de la muestra: Juan Ignacio Davía, Juan Pedro Velasco, Tomás Ortiz y Mariano Mate.
