Largo, muy largo se le va a hacer el sprint final de la temporada en la Tercera División al Cuéllar Eufón, que en la tarde de ayer volvió a perder un partido frente a un oponente que no fue mucho mejor, pero que supo tener el acierto de cara a portería que le faltó al equipo de Jota y Félix Blanco, en un encuentro en el que el fútbol, entendido como juego combinativo, brilló por su ausencia.
La primera parte del partido fue de aquellas en las que lo mejor llega justo cuando el árbitro señala el camino de los vestuarios. El Cuéllar, con cambios en la portería y en la línea defensiva, apostó por meter a cuatro jugadores de clara vocación ofensiva, Pablo Sáez y Giralda a banda cambiada, con Velayos en la mediapunta, y Quintana buscando su opción en la punta del ataque. En los primeros minutos de partido, todo el caudal ofensivo cuellarano pasó por las botas de Pablo Sáez, buscando la profundidad de Quintana, que en muy pocas ocasiones logró cobrar ventaja sobre los rápidos, que no altos, centrales palentinos, un hecho que pudo aprovechar el conjunto local en varias acciones a balón parado.
El paso de los minutos fue haciendo bajar la calidad del partido hasta niveles ínfimos, porque en cuanto el Cristo puso algo más de intensidad en su entramado defensivo, el Cuéllar dejó de combinar en el centro del campo, y buscó el juego directo, convirtiéndose en un equipo demasiado previsible. Como previsible era que el equipo local llevara peligro en las acciones a balón parado, donde Quintana, Alcaide y Villa se impusieron en todas las ocasiones, pero sin poder precisar sus remates en el primer tiempo.
La oferta ofensiva del Cristo Atlético en los primeros 45 minutos se redujo a un lanzamiento de falta lateral que se estrelló en la red, pero por fuera, y un balón a la espalda de Brezmes, que dejó a Alex Conde a pocos metros de Rober con el balón controlado. Pero el guardameta local realizó una buena intervención, evitando el gol palentino.
Por muy raro que lo parezca, la primera parte, sin ser nada buena, mejoró a la segunda en lo que se refiere al fútbol, aunque para el Cuéllar Eufón pudo haber sido bastante más agradable si el portero del Cristo Atlético no hubiera realizado la mejor intervención de la tarde, despejando un cabezazo de Villa a la salida de un córner. El balón se quedó a un metro de la línea de gol, y Giralda metió el pie intentando marcar, pero su remate se marchó fuera. Poco más tarde, en otro balón parado, Alcaide tuvo también su cabeza el 1-0, pero tampoco acertó con la portería visitante.
El Cristo Atlético, que no había sido para nada superior al equipo de casa, marcó el 0-1 en el segundo lanzamiento que realizó sobre la portería de Rober. Eso sí, fue un golazo, ya que Jónatan Bueno recogió un balón en la frontal del área, y lo golpeó con la izquierda con una colocación extraordinaria, llevando el balón a la escuadra de la portería de Rober. La reacción del Cuéllar fue inmediata, y Velayos se internó en el área, y su centro superó al portero, pero cuando Giralda se aprestaba a rematar a dos metros de la raya de gol, llegó un defensa para despejar el peligro.
Viendo que la fortuna no estaba de su parte, el equipo de Jota y Félix Blanco comenzó a perder la fe, y durante varios minutos apenas llegó a inquietar el marco de Pedro. El Cristo Atlético se sintió cómodo en el campo, y pudo marcar el 0-2 en un remate cercano de Alex Conde que se marchó desviado, pero bien pudo haber encajado el gol del empate cuando Úmber, en buena posición aunque algo forzado, empalmó el balón, que se marchó a menos de un palmo del palo derecho de la meta visitante.
Y ahí se acabaron las fuerzas de los cuellaranos, cansados de correr y de pelear contra su mala suerte. El equipo local se descompuso, y su rival palentino marcó el 0-2 tras un lanzamiento de falta que no tocó nadie, entrando el balón directamente en la portería de un sorprendido Rober. Así que el Cuéllar Eufón sumó otro encuentro sin ganar, y aunque los jugadores muestran orgullo y lo ponen todo, no encuentran la forma de hacer cambiar su suerte.
