Este sábado, Pedraza fue el escenario del primer premio de arqueología “Tomás Calleja”, donde se reconocieron los trabajos de fin de grado o máster de jóvenes arqueólogos que estudian en universidades de Castilla y León o Madrid, y cuyos estudios basen sobre la región. De todos los proyectos presentados, los dos triunfadores fueron el ‘Análisis multicriterio del potencial arqueológico del interfluvio Eresma-Riaza (Segovia)’ de Amanda Merino y ‘Monedas de base cobre de la villa romana de Matabuey (Nava de la Asunción, Segovia): restauración, conservación y análisis numismático’ de Francisco del Peso.
El Adelantado ha charlado con Joaquín Barrio Martín, presidente del Jurado y uno de los precursores de este premio, único en la región, para conocer más a fondo el origen de este premio y la buena acogida que ha tenido. Este ha recalcado que “como segoviano que soy, y catedrático de arqueología, me he sentido muy satisfecho por la variedad de los trabajos que hacen mención a una Arqueología muy multidisciplinar y con ópticas distintas, y con el nivel y calidad de los 10 trabajos presentados en esta primera edición”.
La idea de crear este premio en honor de Tomás Calleja nació de “la familia de Tomás Calleja”, este “fue un precursor, una persona que sin proceder del campo de la arqueología estrictamente, porque él era maestro y luego fue inspector de educación durante mucho tiempo en Madrid, siempre le interesó la arqueología y fue un aficionado de esta”, explica Barrio.
Tras ello, y con la colaboración de la Fundación Villa de Pedraza, se materializó en esta convocatoria, que surgió con el objetivo de “apoyar a los jóvenes que hacen su trabajo de fin de máster o trabajo de fin de grado en el ámbito de la arqueología y que están en los inicios de la investigación. Ese es el objetivo fundamental. Posiblemente porque Tomás Callejo, era un hombre que se dedicó toda su vida a la educación, en este caso a la educación primaria, pero estuvo siempre vinculado a ella, y de ahí ese interés de apoyar a la gente joven. Y, en este caso yo creo que el premio es merecedor de ese interés que él tuvo durante toda su vida”.
En total, se presentaron 10 trabajos, una cifra muy alta si se tiene en cuenta que es la primera edición, además de la propia limitación geográfica con la que cuentan. A lo que se suma, que al Premio Nacional de Restauración para jóvenes se presentan a lo mejor 50 trabajos, pero de todo el país, resalta el catedrático.
Del total de participantes, los dos ganadores tienen en común que su temática está basada en la provincia de Segovia. El primer puesto, dotado de 1.500 euros fue para Amanda Merino, quién presento un caso de estudio sobre la modelización espacial en arqueología localizado en el interfluvio Eresma-Riaza (Segovia), zona en la que los estudios del Paleolítico van poco a poco rellenando un vacío ocupacional que predomina en la Meseta norte durante el Pleistoceno superior. Barrio destacó que es “un trabajo bastante original, donde hace una valoración muy intensa de las posibilidades arqueológicas de un espacio geográfico dentro de esta provincia”.
El otro premiado fue Francisco del Peso– con 1.000 euros- , con un proyecto que consiste en la restauración, conservación y estudio numismático de un conjunto de ocho monedas de base cobre del yacimiento romano de Matabuey (Nava de la Asunción, Segovia). “Este segundo premio se ocupa preferentemente de la restauración de un conjunto de monedas que proceden de un yacimiento, en Nava de Asunción. Allí, se excavó dentro del proyecto Eresma arqueológico, pero los materiales se restauraron en la Universidad Autónoma, con permiso de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León. Fue un trabajo bastante bueno, que tiene una aportación arqueológica con estudio del yacimiento, ya que no solamente se han estudiado las monedas, sino que las ha restaurado y se han entregado al Museo de Segovia y en unas condiciones muy buenas, por lo que el trabajo se ha valorado bastante bien y ha parecido muy adecuado”, explicó Barrio.
Al mismo tiempo, más allá del acto el académico quiso resaltar la figura de Tomás Calleja, quien “fue una persona siempre muy ligada al mundo de la arqueología, fue uno de los fundadores de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, con quienes compartió excursiones e interés. Además, publicó en la revista de la Asociación Española algunos de los trabajos, siempre centrados en el patrimonio de Segovia”.
