El Viveros Herol Nava tiene las cuentas de la permanencia bien claras desde que comenzó el curso en la Liga Plenitude Asobal, y estas pasan por sumar una veintena de puntos (como mínimo) para alcanzar una permanencia siempre complicada teniendo en cuenta la tremenda igualdad que reina en la competición.
Tanto es así que desde la séptima plaza de la clasificación que actualmente ostenta el Rebi Cuenca, hasta la decimotercera que ahora ocupa el Balonmano Nava, tan sólo hay una victoria de diferencia. Dos puntos que define perfectamente lo pareja que está la Liga Asobal, de tal manera que transcurridas diez jornadas de competición ni siquiera el FC Barcelona tiene claro su liderato, con el Bidasoa Irún a tan solo un triunfo y el Fraikin Granollers a dos.
Teniendo en cuenta este hecho, en el Balonmano Nava se tenía meridianamente claro que la permanencia pasaba por hacer del pabellón Guerrer@s Naver@s una cancha de la que fuera tremendamente complicado sacar puntos, y ‘rascar’ lo que se pudiera lejos de Nava de la Asunción, donde el conjunto segoviano no tiene unas prestaciones tan altas como jugando como local, con cerca de un millar de aficionados apoyándole de manera incondicional.
La victoria sobre el Recoletas Atlético Valladolid tiene un mérito incontestable teniendo en cuenta que de haber conseguido los dos puntos el conjunto pucelano se habría colocado en la tercera plaza de la clasificación, y el Balonmano Nava se habría quedado a tan solo dos puntos de los puestos de descenso. Sin embargo el triunfo le ha cambiado la cara al equipo segoviano después de una terna de partidos de mucha exigencia teniendo como oponentes al Bidasoa, Barça, Torrelavega en Cantabria y Atlético Valladolid, de los que ha salido con tres puntos de renta sobre la plaza de promoción de descenso que actualmente ocupa el Cangas, y cuatro con respecto a la primera plaza de descenso que es para el Bledio Sinfín.
Siete de los ocho puntos que ha sumado el equipo han sido conseguidos en el pabellón municipal de Nava, con el mérito añadido de que dos de ellos se lograron ante Sinfín y Puerto Sagunto, los dos conjuntos que ocupan puestos de descenso. El empate frente a Cangas dejó un sabor a derrota, pero es un punto más para llegar a los diez con los que Álvaro Senovilla aspiraba a cerrar la primera vuelta de la liga, “aunque si pueden ser más, mejor que mejor”. Mantener la fuerza como local con el apoyo de la afición será imprescindible para lograr el objetivo.
PATOTSKI PARÓ UNA DE CADA DOS
Aunque es evidente que en los deportes de equipo es el trabajo colectivo el que te hace ganar los partidos, no cabe duda que en determinados momentos la aportación individual resulta determinante para dar ratificar las victorias.
Y en la jornada del pasado sábado la aportación de Dzmitry Patotski en la portería del Viveros Herol Nava resultó decisiva para la suerte del partido. El guardameta, capitán del equipo, salió mediada la primera parte y tras el descanso tuvo una actuación tan destacada que sólo permitió que el Recoletas Atlético Valladolid le marcara ocho goles en treinta minutos.
Según la estadística oficial de la Liga Asobal, el bielorruso realizó un promedio de un estratosférico 46 por ciento de paradas, lo que viene a significar que prácticamente detuvo uno de cada dos lanzamientos que recibió. Todo un dato que explica la victoria del Balonmano Nava.
