Puede servir esta frase atribuida al cantautor francés George Brassens y elegida como titular de la crónica para aglutinar el desarrollo del ciclo del XIV Otoño Enológico de la Fundación Caja Rural de Segovia. Y lo sigue haciendo con el éxito al que nos tiene acostumbrados. Presencia multitudinaria de amantes de los caldos de Baco y propuestas culinarias de envergadura realizadas por los establecimientos hosteleros.
Si en nuestra anterior información centrábamos la atención prioritaria en la oferta gastronómica que hacían los principales restaurantes de nuestra capital y provincia; ahora es de justicia resaltar los vinos que emanan de las bodegas para dar a conocer y poder saborear lo mejor de nuestros viñedos.
Así aconteció en la jornada del pasado jueves en el restaurante ‘La Perretosa’ de la capital. El establecimiento de la calle Ochoa Ondátegui acogió a la Bodega que los Hermanos Pérez Pascuas tienen en la localidad de Pedrosa de Duero. Los asistentes a esta cata excepcional dirigida primorosamente por la sumiller Mila Barroso pudieron disfrutar de tres vinos de alta gama con denominación de Origen Ribera del Duero. Se comenzó con un Viña Pedrosa Crianza de 2.020. Es este un vino monovarietal tempranillo que concentra sabiduría e historia. Lleva asociado año y medio en barrica de roble francés y americano, más meses más en botella. El resultado que llegó a los paladares fue vino sobrio, sabroso y rotundo. De su cata cabría destacar su volumen en boca gracias a sus aromas frutales.
Como maridaje, ‘La Perretosa’ ofreció una ostra templada sobre crema de boletus y velo de papada ibérica.
Subiendo de categoría, los comensales asistentes a esta cata quedaron sorprendidos con la segunda propuesta a base de un Viña Pedrosa Reserva de 2.019. hay que reseñar que la cosecha de este año aludido fue calificada como: ‘Excelente’. Este vino permaneció 24 meses en barrica. Los amantes del buen vino pronto adivinaron que presentaba un largo recorrido en boca por su estructura amplia y carnosa y con una gran concentración de taninos. Para complementar la copa, nada mejor que un lomito de rodaballo asado.
Para poner el broche de oro, otro vino Reserva de 2.019. En este caso, procedente de la Finca ‘La Navilla’ con una privilegiada altitud de 844 m. sobre el nivel del mar. Un vino con 16 meses en barrica de roble francés de los bosques de Allier con matices torrefactos y una inigualable acidez. El maridaje se hizo con un taco de solomillo ibérico con reducción de vermut. Un postre de macaron de fresas sirvió para encumbrar a los responsables de los fogones del restaurante ‘La Perretosa’. Matrícula cum laude.
Otra de las catas esperadas se llevó a feliz término en el restaurante de San Antonio el Real. Una vez más, y van más de diez, Paco Plaza fue el encargado de dar todas las explicaciones que conlleva al descubrimiento de un buen vino a través de una cata concienzuda. El equipo de Luis Martín Temiño empezó ofreciendo el ‘Izadi’. Un vino blanco garnacha de la Rioja alavesa ideal para comprobar la exquisitez de unos garbanzos con boletus y trufa.
Seguidamente se descorcharon botellas de ‘Pruno’ de Ribera del Duero con un 90% de variedad tempranillo. Un timbal de rabo de toro estofado rimó a la perfección con este vino de gran dimensión cremoso y elegante.
Y para finalizar, otro gran descubrimiento con el vino ‘Finca Villacreces’. Otro Ribera con Tempranillo y pequeños toques de Cabernet Sauvignon. Vino rotundo, recio y viril para dar paso a un rico postre de mousse de chocolate. Según los propios asistentes a esta cata, la propuesta de “San Antonio el Real” es una de las mejores por su relación calidad – precio.

En la jornada del viernes el ‘Otoño Enológico’ salió a la provincia, y más concretamente al restaurante ‘Los Mellizos’ en Carbonero el Mayor. Un año más Santiago y Mª Fé, muy bien acompañadas en el trabajo por sus hijas Rebeca y Diana prepararon en sus fogones unas verdinas con chipirones, espaguetis con tacos de atún, escalivada de verduras del Carracillo y una leche frita para quitar el hipo. En este distinguido establecimiento se presentaron exquisitos resultados de la vitivinicultura de las bodegas en Nava de la Asunción de García Serrano. Se trata de un proyecto familiar de elaboración de vinos orgánicos de gran calidad procedentes de sus propios viñedos con una producción de 15.000 botellas al año de las variedades Tempranillo, Garnacha y Verdejo. Impartió con brillantez esta cata el maestro enólogo Juan Gómez con cuatro vinazos: Voltio, Matabuey, Sendero del Pino y Salmoral (cada uno con su singularidad ejemplificante) que casaron Como sello de distinción se quiere perpetuar la mezcla entre la tradición y las actuales técnicas de producción y elaboración. La noche se cerró con una fiesta amenizada por el grupo musical ‘Toca2’. Otro éxito arrollador de Los Mellizos
El proyecto empresarial que comparten Álvaro Gil y Paco Plaza a través de su apuesta por El Decantador se ha consolidado en nuestra provincia como lugar de referencia a la hora de seleccionar un buen vino. En este espacio íntimo ocupado por amigos, la atención se centró en Viña Sastre, al estar considerada como una de las bodegas más emblemáticas de nuestro país. La selección de vinos para la ocasión: Un roble con nueve meses de barrica, un crianza y Regina Vides (uno de los grandísimos vinos de la Ribera del Duero). Y para complementar una gran noche, se contó con la música en directo de ‘Zerro’ con sus particulares versiones de pop-rock.
Y que nadie se alarme; no solo de vino se vive, ya que se disfrutó de lo lindo con quesos, embutidos de primera calidad y jamón al corte.
Después de esta intensa semana en torno al ‘Otoño Enológico’, podemos hacer un brindis: “Pensemos en todos los amigos que tenemos y bebamos a la salud de quienes lo merecen”.
Aún restan dos semanas más de emociones, porque como dicen los anglosajones: “Hay que seguir dando vino a quienes tienen triste el corazón”. El resto tratamos de buscar entradas para el ‘Otoño Enológico’ de la Fundación Caja Rural de Segovia.
