“Hoy me he levantao de p**a madre, flipando con el cielo y sus colores, hoy me siento un p**o hombre de hierro, que se caga en el paro y en sus …”.
Más que hoy, fue ayer o hace muchos años atrás, cuando este ‘artista de la brocha’ se vio metido en la obligatoriedad de bajar de peso y hacer deporte para evitar un problema de salud importante.
Dicho y eso, su constancia y continuidad le ayudó en ese cambio de mentalidad y se lio la manta a la cabeza. Poco a poco ha ido rompiendo esquemas y planteándose objetivos cada vez más ambiciosos. Un currante que madruga y pasa toda su jornada laboral de pie, días de 10 o 12 horas y, tras esto, cambia de bártulos y se lía a entrenar para poder llegar medianamente preparado a la competición que se plantee.
Comenzó con carreras: unos diez miles, medias y por qué no, alguna maratón. Poco a poco añadió a sus entrenos la bici, que es lo que siempre le ha gustado y finalmente se convirtió en pez. Con esto empezó a plantearse duatlones y triatlones logrando puestos meritorios en su categoría.
Coincidir en un entreno o carrera con él es aprender, siempre con un consejo, apoyándote, animándote y dispuesto a acompañarte salvo que tenga que apretar por su preparación.
Este fin de semana ha subido al segundo cajón de su categoría (benditas 57 castañas) y se ha metido al cuerpo 3,8 kilómetros nadando, 184 kilómetros en bici y 42,195 kilómetros corriendo, lo que viene a ser un Ironman Full. Seguro que lo ha celebrado antes y después con unos buenos calimochos, que son su bebida secreta.
Enhorabuena Joaquín, te lo digo siempre: yo de mayor quiero ser como tú.
Semper Fidelis.
