Conociendo la gestión y, sobre todo, a los gestores del CD Base, no creo que el club tenga demasiados problemas para cuadrar sus presupuestos, ni que busque en sus socios la salvación a cuadrar sus cuentas. Bien es cierto que un club deportivo de los nuestros (no hablo del Atleti, ni de los Lakers) vende intangibles que, en un mercado tan pequeño como el de Segovia, resultan muy difíciles de precisamente eso: vender.
Encontrar un sólido compañero de viaje con la dimensión de Dibaq Group, con presencia en los cinco continentes y que transmite a sus stakeholders las 4Hs (humanidad, humildad, honestidad y humor) perfectamente alineadas con el deporte de formación, supone, en el caso del CD Base, más allá de una ayuda para cuadrar cuentas, una magnífica oportunidad para crecer.
Me gusta la gente que piensa en grande. Hace unos días hablaba con Roberto Álvarez, director de la cantera de la Gimnástica Segoviana, de las dificultades a que se enfrenta para atender no solo la demanda de deportistas, sino también sus horas de entrenamiento ante las estrecheces de recursos ajenos públicos que el Ayuntamiento de Segovia, corporación tras corporación, no acierta a atender. Me hablaba Roberto de aprovechar las oportunidades que puede tener su club para disponer de sus propias instalaciones e infraestructuras, sin necesidad de depender de otros.
Los problemas del CD Base son básicamente los mismos: exceso de demanda y escasez de infraestructuras para atenderla. Ojalá la relación con un socio tan solvente como Dibaq se consolide en el tiempo y sirva de ejemplo para superar estos límites, planificando a largo plazo un crecimiento sostenible y ordenado de un club con muy buena pinta.
