A la segunda fue la vencida, y el Turégano consiguió el premio que andaba buscando desde que en el mes de junio de 2022 conociera de su clasificación para la fase previa de la Copa del Rey de fútbol. En aquella temporada 22/23 no pudo clasificarse al caer a manos del Velarde en el encuentro celebrado en Cantabria, pero en la tarde de ayer, en el ‘horno’ del campo de El Burgo con cerca de 30 grados de temperatura (a la sombra) consiguió superar al Santurtzi por el marcador de 3-1, siendo más contundente en las áreas de lo que fue el equipo vizcaíno. Y al final es la contundencia la que acaba decidiendo los partidos.
Como se esperaba en un encuentro entre dos de los mejores conjuntos de la pasada campaña en la Regional de Aficionados, ni Turégano ni Santurtzi quisieron ceder ni un ápice de terreno en los primeros minutos de partido, en los que hubo mucho balón en largo y no menos disputas ya fuera por arriba o sobre el piso, obligando al colegiado a poner los límites desde el inicio, sin permitir a los vascos entrar con fuerza desmedida a los balones divididos, y a los tureganenses el pasarse con sus quejas.
QUE NO PASE NADA
La experiencia del Turégano en esta clase de partidos le dejaba bien claro que la contundencia defensiva es fundamental para tener opciones de victoria, y por ello la línea de cinco zagueros se mantuvo firme en la primera parte, corriendo los riesgos mínimos en el centro del campo, aunque ello implicara enviar siempre en largo a la carrera de un Diego Alcubila que se las tuvo tiesas con Etxániz, al que le ganó la partida en una par de ocasiones, aunque no hubiera éxito final.

El orden defensivo imperó en ambos conjuntos, que atacaban en largo confiando en que la velocidad de los delanteros en el caso del Turégano, y la potencia en el caso del Santurtzi pudieran meter en complicaciones a las defensas. Pero sólo Alcubilla parecía capaz de generar algo más que duelos perdidos asociándose con los hermanos Cotrina, aunque sin remates complicados para el guardameta visitante Greño.
El Santurtzi, que en el tramo central de la primera mitad quiso dominar apoyándose en la calidad de Beñat y Del Olmo, no llegó a inquietar el marco de Guille más que a balón parado. En el primero de ellos, en un córner que propició Javi salvabdo una peligrosa internada de Del Olmo, una indecisión de Guille dejó un momento de duda dentro del área que finalmente solventó el guardameta. Después de ello, hubo muy poco más en la zona de influencia del portero local, que más el balón con el pie que con las manos.
Carlos Cotrina marcó
en el primer remate a palos del equipo local, tras una primera parte en la que no pasó absolutamente nada
El paso de los minutos, y el calor, podían abrir los espacios en el segundo tiempo, pero lo cierto fue que en el primero ni Turégano ni Santurtzi pusieron toda la carne en el asador en la ofensiva, por lo que el 0-0 parecía el marcador inamovible aunque un centro de Castaño por la derecha estuvo muy cerca de ser rematado por Del Olmo en una acción aislada del ataque visitante. Poco más tarde, una clara falta de Marroquín sobre David Cotrina en la frontal del área le dio la oportunidad a Luis de poner en juego su calidad con la pierna izquierda. Su lanzamiento raso fue despejado por la defensa, pero el balón le quedó a Carlos Cotrina, que desde la frontal lanzó con fuerza y sorprendentemente casi sin oposición, botando el balón delante de Greño que no logró despejar. El 1-0 llegaba cuando pocos lo esperaban.
CAÍDA Y ASCENSO EN UN MINUTO
Veinte minutos duró la alegría del Turégano, los cinco que llevaron el partido al descanso, y los quince del intermedio, porque apenas reiniciado el partido empató el Santurtzi en una acción a balón parado que Zatón puso de manera espectacular al segundo palo, donde Matey entró demasiado solo para batir sin problemas a Guille.
Pero cuando parecía que el partido se había igualado, segundos después Gil cometió un inocente penalti sobre Diego Alcubilla en una acción en la que el balón se iba a la banda. Guille Duque, con su tranquilidad habitual, colocó el 2-1 desde los once metros.
Y ahí empezó la agonía para los dos equipos. En el Turégano porque el reloj no corría, y en el Santurtzi porque volaba. Y sobre ellos el calor extraordinario que obligaba a buscar el agua en cada parón y acalambraba las piernas de los futbolistas.
De manera lógica el gol de penalti le vino de maravilla al equipo de casa tanto como afectó a su oponente, con su entrenador retirando a los dos jugadores más técnicos que tenía sobre el campo intentando con un juego más directo buscar las segundas jugadas, pasando posteriormente a defensa de tres. Pero la zaga rojilla estuvo más expeditiva y por momentos estuvo más cerca el 3-1 que el gol del empate con un remate arriba de Carlos y otro a las manos de Greño por parte de Miguel.
El error del Santurtzi cometiendo un inocente penalti que transformó Guille Duque fue la clave del triunfo tureganense
El problema para el equipo de casa llegaba con los cambios, ya que Paco Maroto agotó sus tres ventanas con 25 minutos largos todavía por disputarse. Los problemas físicos de Alcubilla y Luis trastocaron los planes del entrenador local y pusieron a rezar a los aficionados tureganenses para que ninguno de sus futbolistas cayera lesionado. Marcos, con una brecha en la ceja, tuvo que retirarse por unos momentos del campo sin más consecuencias.

A doce minutos del final, Pichu en buena posición remató con fuerza sobre el marco visitante, pero su lanzamiento se fue demasiado alto en una buena ocasión local. Y es que, en los minutos en los que nada pasaba, el Turégano encontraba la manera de llegar al marco contrario pero no marcaba el gol de la sentencia. Hasta que, a siete minutos para el final, Sergio Alcubilla se llevó un par de rebotes, Pichu recogió el balón en la medular y envió en profundidad a Miguel, que en el mano a mano con Greño definió con calidad.
El partido no estaba acabado y el Santurtzi se volcó sobre el marco de Guille, con varios envíos al área muy peligrosos, que la defensa local consiguió salvar en el último momento. Así pudo el Turégano ir salvando la recta final del choque con la tensión lógica por la importancia del partido, pero con una cierta tranquilidad por los dos goles de distancia. Apenas hubo fútbol en el descuento, eterno, que llevó al equipo a su clasificación para la primera ronda de la Copa del Rey.

