Como viene siendo habitual en estas fechas del año, el segoviano barrio de San Lorenzo se ha vestido de gala para celebrar su ‘Día del Vecino’. Una fiesta que sirve para reforzar la convivencia de las personas que viven en esta emblemática zona de la ciudad y agradecer el trabajo que hacen para hacer de este lugar un buen sitio en el que vivir.
Organizada por la Asociación de Vecinos del Barrio, esta celebración tiene dos grandes atractivos: la gran paellada popular y el nombramiento previamente del vecino distinguido del año. Pero no adelantemos acontecimientos, porque antes hubo otras dos actividades en la Plaza de San Lorenzo que sirvieron para ir entrando en ambiente sobre las 13:00. Primero, un baile refresco amenizado por la charanga Jarra y Pedal que daba inicio a la jornada festiva. Y después, con el espectáculo de magia para niños de Pablo Potter, del cual también disfrutaron los mayores, aunque fueron los pequeños los que recibieron un obsequio al final del mismo.

A las 14:00 llegaba el primer momento grande del día: el nombramiento del vecino distinguido, que fue a parar a Pablo Gila, ex presidente de la Cofradía de La Oración en el Huerto, un cargo que ocupó durante más de tres décadas y que dejó a finales del año pasado. La gente de San Lorenzo ha querido tener este reconocimiento a tanto tiempo trabajando al servicio de esta hermandad tan querida en el barrio y Pablo Gila agradecía emocionado a sus vecinos mientras recogía una placa que a buen seguro tendrá un lugar privilegiado en su casa. A la entrega asistieron varios concejales de la corporación municipal.
Inmediatamente después, llegó el turno de la gran paellada popular. Los vecinos de San Lorenzo y aquellos venidos de otras partes de Segovia no tuvieron problema en hacer cola para llenar sus platos y degustar la comida que habían preparado los cocineros del barrio, en la que incluyeron pollo, gambas, mejillones o pimientos.

Ya por la tarde, y para finalizar la jornada, llegó el momento de sacar en procesión a la Virgen por las calles del barrio y el posterior rezo del Santo Rosario. De este modo, el tradicional Día del Vecino de San Lorenzo acababa con solemnidad, despidiéndose así hasta el año que viene.
