Si el miércoles, Erimsa, la empresa que pretende llevara a cabo una mina a cielo abierto en el nordeste de la provincia, anunciaba la reducción de las hectáreas de su proyecto. Ahora, la Plataforma les responde alegando la insostenibilidad de la propuesta, ya que aunque celebran “que ERIMSA reconozca que su proyecto era inviable, pero es que las 419 hectáreas que proponen, en zona de afección a los acuíferos tampoco son sostenibles”.
Al mismo tiempo, les alientan a escuchar a la comarca y a entender a las poblaciones que se verían afectadas “no queremos este proyecto.” Defienden que esta posición esta apoyada por “vecinos, propietarios de las fincas, agricultores, ganaderos, cazadores, empresarios de turismo, visitantes, ecologistas, la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce y la pasada semana la propia Diputación de Segovia y el eurodiputado Manu Pineda que lo llevará a la Comisión Europea”. Recalcando que “el Nordeste Segoviano no quiere una mina a cielo abierto”.
Cabe destacar que este no es el único proyecto que tiene entre manos Erimsa en la zona, según expresan desde la Plataforma la compañía habría pedido otros proyectos y cuenta con otros en su nombre en la zona. Por tanto, a los vecinos representados en esta agrupación, les interesa saber cuáles son las intenciones completas de la empresa en esta región. Y, si la reducción de los terrenos será algo indefinido o se solicitará una ampliación de ellos en el futuro. Ayer, el Director General de Erimsa, José Antonio Valencia, en declaraciones para Radio Segovia reconoció que la multinacional no descarta una posible ampliación a la cantidad solicitada inicialmente en el futuro.
Proyectos de Erimsa
Como se adelantaba, en la actualidad, Erimsa cuenta con varios derechos mineros vigentes en la zona, según datos del Servicio Territorial y el Catastro Minero. En concreto, en el nordeste segoviano tiene activo 6 proyectos: Segundo San Blas A 925.10, este se encuentra en estado de solicitado con 97 cuadriculas – una cuadricula minera es igual a 28 hectáreas- , aunque según anuncio la empresa se redujo a 28. Los municipios afectados serían Barbolla, Castillejo de Mesleón, Cerezo de Abajo, Cerezo de Arriba, Duruelo y Sotillo.
Otro de los proyectos solicitados es Segundo San Blas B 925.20, que contaría con 45 cuadriculas, 1.260 hectáreas, en este caso se situaría en las localidades de Barbolla, Duratón/Sepúlveda y Sotillo. Uno de los que se encuentra en estado vigente es San Blas A 922.20, se localiza en Boceguillas, Castillejo de Mesleón, Cerezo de arriba y Cerezo de Abajo, y tiene una extensión de 59 cuadriculas.

En trámite de caducidad y concurso, con 49 cuadriculas, esta San Blas A 922.10, en Castillejo y los dos Cerezos. Tercer San Blas947.10, esta solicitado pero aún no son públicos los datos, aunque contaría en todo caso con 24 cuadriculas en los municipios de Barbolla, Boceguillas y Castillejo.
El último proyecto que tiene en marcha, Centro SG I, se encuentra en permiso de investigación, sería el más grande de todos con 145 cuadriculas, lo que serían 4.060 hectáreas, afectando a Cerezo de Arriba y Abajo, Riaza y Santo Tomé del Puerto.
Falta de información
A principios de abril de este año, salto en las noticias la rotura de una balsa de áridos de una cantera en la localidad coruñesa de Frades, alcanzado a el río Tambre, cuya propiedad es de la misma empresa que pretende llevar a cabo extracciones en el nordeste segoviano. Un vertido que aunque finalmente no fue contaminante preocupa a la Plataforma. Desde esta denuncian la falta de información sobre el proyecto, ya que aunque Erimsa garantiza que la actuación no repercutirá en la fertilidad quedan muchas incógnitas en el aire, ya que no se especifico cómo se garantiza.
La empresa comparo la actuación con la retirada de cantos en los terrenos, Marisa Moro, portavoz de la Plataforma, alego que “la minería extractiva no es quitar cantos”. Explica que, “los agricultores tienen una estricta normativa sobre la profundidad a la que puede arar para no destruir el terreno y, desde luego, ni se acerca a las excavaciones que puede realizar una máquina para sacar cuarzo”.
Otra de las declaraciones de la compañía que desató una respuesta fue que aseguraron que respetarían la ley. “Entendemos que eso no puede ser un beneficio o ventaja que nos presenten, es su obligación. Consideramos que en una democracia no es una gracia, es una obligación. Nosotros queremos que también se respeten las leyes que protegen el desarrollo sostenible del medio rural, el turismo, el medioambiente o la normativa europea de protección del paisaje”, recalco Moro.
Como afectará la posible extracción a los acuíferos y a los cauces preocupa a la organización vecinal. Al igual, que los riesgos para la flora y la fauna, “entendemos que deben darlo como ‘mal menor’ porque ellos mismos reconocen que se va a destruir y debe ser algo con lo que tendríamos que aguantarnos”, señalan.
