Fernández Mañueco marcó ayer unas ‘líneas rojas” y unos principios “innegociables” ante una posible investidura de Pedro Sánchez apoyada por nacionalistas e independentistas, y advirtió de que no van a ceder a “chantajes de apoyos por privilegios de unas comunidades sobre otras”.
Inició así su discurso sobre el debate de política general de la Junta con un análisis sobre “la incertidumbre política nacional”, ya que se está a la espera a la formación de un nuevo Gobierno después de la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo. “Presento un programa de gobierno pensado para todos los españoles y para que España pueda funcionar”, respaldó.
Tras lamentar que la propuesta de Núñez Feijóo no haya prosperado, advirtió: “Ahora nos enfrentamos a un futuro político inmediato muy preocupante e incierto”. “Tenemos sobrados indicios de que una probable siguiente investidura nos va a costar muy cara a todos los españoles”, alertó.
A continuación, marcó hasta cinco principios que calificó de “innegociables” para el Gobierno de Castilla y León. El primero la unidad de la nación española, junto con el marco de convivencia nacido de la Constitución; la igualdad como esencia de todos los españoles; la dignidad de las víctimas del terrorismo, y la integridad autonómica y territorial.
“Será perjudicial para todos que se retuerza este marco constitucional de convivencia para cambiarlo por la puerta de atrás debatiendo con unos pocos, que son precisamente los que quieren destruirlo”, advirtió el presidente de la Junta.
Por ello, insistió en que no van a ceder “a chantajes de apoyos por privilegios a unas comunidades sobre otras” y reivindicó que Castilla y León tiene “plena legitimidad para decir esto”, porque “ha sido protagonista esencial para la cultura, la personalidad y la misma existencia de España”.
Fernández Mañueco tiró, en esa reivindicación, de la historia de Castilla y León con su unión hace más de 800 años y su contribución a la unidad de la nación española. El presidente recordó que en 2030 se celebrará el octavo centenario de ese acontecimiento de la unión de ambos reinos y demandó al Gobierno que se implique en un acontecimiento de “Especial Interés Público”.
En tal sentido, avanzó que se dará a ese acontecimiento “el protagonismo que merece” ya que empiezan a trabajar en iniciativas para su conmemoración. “Castilla y León fue el aglutinante de la confluencia pacífica de los territorios hispanos”, subrayó.
Al respecto, recordó la frase que señalara Sánchez Albornoz de que “no forzó a ninguno de los pueblos peninsulares para hacer España”. “No colonizó a nadie ni impuso su lengua, a diferencia de lo que hoy vemos en algunos sitios de España”. “Castilla y León no se entiende sin España. Pero la España de hoy tampoco hubiera sido posible sin Castilla y León”, zanjó el presidente de la Junta, convencido también de que los 40 años de autonomía ha forjado una Comunidad que “nos ha hecho mejores y más fuerte”.
