La novillada con picadores de la feria de los Santos Toros de Sepúlveda, del hierro de Cortijoliva, no dio opciones a lucimiento. Una tarde en la que la complejidad y la exigencia de los utreros, unida en cierto modo a la falta de experiencia de los novilleros, dejó una serie de despropósitos, con pocos pases que recalcar. Además, se vivió el envío de un ejemplar al corral, tras no matarlo Bruno Aloi. Estos factores fueron alargando un festejo, que terminó de noche, con temperaturas a la baja. No pudo repetir el triunfo del año pasado el local Eusebio Fernández, dentro una novillada que completó Mario Arruza, también sin opciones.
Novillo complicado el que abrió plaza. La dureza del astado impidió que Fernández pudiera acoplarse con él y todo quedó en silencio. Una primera actuación, que marcaría la tónica del festejo. Animales con dificultades, que pedían quizás mayor oficio. Con el segundo de su lote, otro ejemplar complicado, el sepulvedano tampoco tuvo opciones.
El lidiado en segundo lugar llegó a prender a Arruza, en una cogida que provocó momentos tensos, pero que en un principio no arrastre cornada aparentemente. Se repuso y demostró habilidad para enterrar el acero. El quinto tuvo alguna opción más, y el novillero se mostró dispuesto, en un traste que al final tampoco cogió vuelo.
El tercer astado se puso difícil en banderillas y los subalternos pasaron un mal trago. Despropósito de lidia ante un Aloi, que fue incluso cogido. Aunque lo intentó, pasó por uno de los momentos más complicados para un novillero; pues no fue capaz de despacharlo y el animal regresó al corral. Cerró plaza ya prácticamente de noche, en una actuación desapercibida.
