La parroquia de San Juan Bautista dijo el pasado día 23 adiós a su párroco, que pone rumbo a la parroquia de Cuéllar y el Henar.
El pasado día 23 de los corrientes algo especial ocurría en el pueblo. Todos se dieron cita en la iglesia para despedir a su párroco don Alberto Espinosa Sarmiento. Una misa sencilla, pero llena de emoción, actuando una vez más el coro parroquial, que supo estar a la altura de las circunstancias. Enhorabuena.
Alberto Espinosa se marcha a la parroquia de Cuéllar y el Henar
Don Alberto aprovechó su despedida para hacer un repaso de su trayectoria al frente de la parroquia de Carbonero el Mayor. Asimismo, también quiso acordarse de su etapa en Yanguas de Eresma, la cual recuerda con mucho cariño al igual que en esta última.
El acto, que estuvo cargado de emociones, contó con la presencia de la alcaldesa de la localidad, Mª Ángeles García Herrero, le hizo entrega de una placa conmemorativa del acto en nombre de la institución y de todos los vecinos en general.
La parroquia de Carbonero El Mayor se despide de su párroco
No solo eso, sino que, en nombre de todos los vecinos, se les hizo entrega tanto a don Alberto como a su ayudante, Alberto Janusz (el diácono), relojes de alta precisión,
quizá recordándole su puntualidad en los actos tal y como él nos tenía acostumbrados.
Al término del evento, el párroco seleccionó para despedirse de su parroquia unos versos de Rafael Matasanz, que dicen lo siguiente y que provocaron un aplauso interminable de los presentes: “¿Por qué las dos alzando la esperanza, de un vuelo solemne y reposado?.
¿Qué estímulo de luz os ha clavado, en el místico sueño que os avanza?.
¿Qué diálogo de estrellas? ¿Qué semblanza de paisaje silente y derramado sostiene vuestro polvo calcinado en llama orante que hasta Dios alcanza?.
Sois manos de unos hombres carboneros que donaron su amor sin vanagloria. Sois oración de piedra; sois austeros versos de fe. Sois lúcida memoria, de corazones magnos y señeros que escribieron con sangre nuestra historia”
