En 1979 el Excmo. Ayuntamiento de Segovia, a través de la Subcomisión de Festejos, creó la prueba San Silvestre Segoviana. Todo surgió a propuesta del Concejal de dicha Comisión, Don Ángel García Nuño, idea ésta que pareció muy oportuna a todos los miembros, aunque se encontró con que no existía presupuesto suficiente para llevar a efecto este acontecimiento deportivo.
En este punto fue cuando el buen afán y espíritu de García Nuño, se lanzó con iniciativa propia y comprometiéndose a crear la prueba sin que eso supusiera ningún gasto para el Excmo. Ayuntamiento de Segovia, como así fue hasta 1984, a excepción del Colegio de Jueces.
Había que trabajar muy deprisa puesto que las fechas estaban muy próximas, eran comienzos de diciembre y todavía no se había dado un paso. La excelente voluntad de los industriales y comerciantes segovianos hicieron posible obtener de forma inmediata los premios de la prueba. También se hicieron las gestiones oportunas con el Colegio de Jueces de Atletismo y la Policía Municipal para que controlaran la carrera.
Sólo tuvo una distancia de 5 km. y curiosamente se celebró un domingo por la mañana, día 30, para que tuviera mayor aceptación y los participantes dispusieran de más tiempo. Con 86 corredores de ambos sexos y el triunfo del atleta Agustín Díaz Pavón, se realizó por primera vez la San Silvestre Segoviana.
Al año siguiente, un industrial madrileño, donó gentilmente los trofeos y medallas, y, desde entonces, la carrera tuvo carácter nocturno. Aunque el gran salto tuvo lugar en 1981, con un nuevo patrocinador, el Banco de Bilbao, que durante cuatro años consecutivos puso de excelente relieve la prueba con fabulosos trofeos que dejaron huella.
En 1985, el Banco de Bilbao deja de patrocinar la prueba y la Delegación de Atletismo es ese año quien la saca adelante, mientras que al año siguiente, en 1986 ante el vacío existente será Francisco del Caño quien se haga cargo de la coordinación de la prueba, contando con el respaldo del Club Joaquín Blume que actuaría como persona jurídica.
Del Caño lo explica diciendo que “hacía falta una persona jurídica que pudiera recibir las subvenciones públicas, por ello me puse en contacto con el club Joaquín Blume, pero fui yo quien le dio un gran impulso con nuevas ideas, haciendo ese año la mejor noche que se recordaba”.
Además, la Concejalía de Deportes aumentó considerablemente el presupuesto de la prueba, consiguiéndose por primera vez en la popular San Silvestre establecer premios en metálico.
Como novedad desde 1987 “creamos la subida de la antorcha y el alumbramiento de la llama olímpica, y decidimos rendir un homenaje popular a un atleta destacado”.
Francisco del Caño añade que, “yo estuve al frente de la organización hasta 1997, sacando adelante la revista que ha continuado hasta la fecha pero que comenzó con un pasquín que elaboré con la foto de mi hermano durante la carrera”.
Por otro lado, un documento histórico de la prueba reza que “hay que significar el apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Segovia, a través de la Comisión de Deportes o Patronato Deportivo Municipal, al que se puede atribuir gran parte de los méritos, pues montajes de escenarios y otros elementos corren de su cuenta”.
