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Jardines en las plazuelas de Santa Eulalia y Somorrostro

por José Manuel Santamaría (*)
27 de agosto de 2023
en Segovia
Vista de la plazuela de Santa Eulalia en su límite con la calle Buitrago. Foto: Col. Juan Pedro Velasco.

Vista de la plazuela de Santa Eulalia en su límite con la calle Buitrago. Foto: Col. Juan Pedro Velasco.

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Cuando me propuse investigar sobre la historia del arbolado que tanto contribuye al encanto de la ciudad de Segovia, allá por los setenta del pasado siglo -¡ya ha llovido!-, acudí muchas veces al Archivo Municipal, fuente inapreciable de información. Fuera de este importantísimo, y necesario, detalle tengo mal recuerdo de mi paso por allí. Me daban los libros de actas que solicitaba y tenía que leerlos en una sala grande, de techos altísimos y ventanas sin cristales. Heladora. Días había, cuando nevaba, que los copos de nieve caían sobre mí y sobre los libros que yo trataba de proteger cubriéndolos con mi gabardina.

Soy consciente de que perdí muchos datos porque pasaba las páginas deprisa y en el libro que publiqué -El cinturón verde de Segovia. Árboles para una ciudad-, quedaron lagunas.
De entonces acá, bastantes cosas han cambiado. Y “bastante”. El municipio ha cuidado su archivo y tuvo dos archiveros, Rafael Cantalejo e Isabel Álvarez, que a la profesionalidad unían la amabilidad, así que, metido como estoy en sacar adelante estos artículos para La Mirada, he pensado que ningún momento mejor que el actual para colmar alguna de esas lagunas empezando por la Plazuela de Santa Eulalia y sus almeces (para mí, lairones) centenarios, que entonces olvidé.

El año 1880, la diócesis cedió al Ayuntamiento de la ciudad el cementerio parroquial, que se extendía por el noroeste de la iglesia sobre un terreno de doble pendiente, de sur a norte y de este a oeste, entre las actuales calles de José Zorrilla y Buitrago.

Un año más tarde, 1881, el arquitecto municipal, Joaquín Odriozola, presentó un proyecto de alineación al que se pusieron objeciones alegando que no había sido expuesto al público. Cuando se cumplieron los trámites legales, se empezó a trabajar con mucha participación vecinal, acaso porque la gente era consciente de que todo habría de hacerse sobre las cenizas de muchas generaciones de antepasados, con dos exigencias: viendo el desnivel que se había creado tras el desmonte, que se hiciera una escalera para acceder a la iglesia desde la plazuela, y que el espacio quedara cerrado con una verja. Las dos propuestas se aceptaron aunque, de momento, sólo se hizo la sólida escalera de tres frentes labrada en granito que aún perdura.

2 Santa Eulalia Escalera
Escalera de acceso a la portada norte de la iglesia de Santa Eulalia. Foto: JMS.

 

También pidieron que se hiciera una fuente abrevadero, petición que el Ayuntamiento rechazó alegando que iba a ponerse una que fuera de adorno pues, para abrevar al ganado, los ganaderos ya tenían cuatro, ubicadas “en lo alto del Mercado, en el Cuartel de la Trinidad, ante la Casa Grande y en la Marrana”, nombre este que recibía la que hoy es calle de la Independencia.

montaje 1
Proyecto de fuente (Archivo Municipal), fuente con el primer pilón (Foto Loty, IPC) y fuente en su estado actual (JMS).

 

La fuente se colocó en el centro de la plazuela, recibiéndose la obra de cantería el año 1882. Constaba de una taza poligonal en cuyo centro se alzaba un pilar poligonal que soportaba un alto vástago de hierro, curvado en la parte superior para sostener un farol de gas al que el sereno tenía que acceder cada vez que lo encendía y apagaba.

Los vecinos seguían demandando y el 30 de agosto de 1884 hicieron una nueva petición: que en la plazuela se construyera un mercado, algo que juzgaban necesario por el crecimiento de población, pero que el Ayuntamiento desestimó “porque se ha pensado en ajardinarla”. Y así era pues, en el acta de la sesión municipal del día 13 de febrero de 1885, se lee: “el Sr. Berzal hace presente lo conveniente que sería para el ornato y comodidad, hacer plantación de árboles en el Plazuela de Santa Eulalia”. El Ayuntamiento acordó que se hiciera “y que al efecto se den las órdenes oportunas al Sr. Director de arbolado”.

montaje 2
Detalle del cerramiento, en dibujo de J. Odriozola, y de su realización. Fotos: Archivo Municipal y JMS.

 

Se plantaron algunos castaños de Indias -Aesculus hippocastanum-, de los que todavía subsiste uno, y almeces -Celtis australis-(para mí, lairones), de los que siguen en pie quince robustos ejemplares, magníficos con sus raíces fuertemente agarradas al suelo y al cielo tendidas las ramas. Y se ajardinó el espacio. No puedo decir, sin embargo, cómo era el jardín ni cuánto tiempo duró.

En 1893, se colocó la verja de cerramiento, con sencillo y elegante diseño de Joaquín Odriozola, pero como sólo se puso a lo largo del lado suroeste, no bastó para proteger lo que se hacía, algo que podemos saber leyendo una carta que el director de arbolado, Sr. Laínez, dirigió al Ayuntamiento:

“Tengo el honor de poner en conocimiento de V. S. que en la plazuela de Santa Eulalia, además del arbolado existen cuatro pequeños cuadros o bosquetes en los que no se consigue que prospere planta alguna porque no habiendo guarda que los vigile, la mucha gente que circula por dicho sitio, el ser un punto de reunión de chicos y los animales que con frecuencia andan sueltos, todo lo destrozan, por cuyas razones propongo que desaparezcan dichos cuadros dejando el arbolado, con lo que la plazuela quedará también más expedita para la concurrencia del público”.

8 santa eulalia y cuadros jardin copia
Los cuadros con el encintado de granito característico de muchos jardines segovianos. Foto: Archivo JMS.

 

Desaparecieron los cuadros ajardinados que volvieron a ponerse en los años ochenta del pasado siglo para quitarse en los noventa y, finalmente, conseguir la plaza expedita que apuntaba el Sr. Laínez, un espacio amplio que puede aprovecharse incluso para dar conciertos.

 

Los que permanecen a pesar de las fuertes podas a que periódicamente se les somete, son los poderosos almeces, viejos ya de 138 años y gruesos de tronco como a esa edad corresponde.

NOTA. La plazuela limita al norte con la calle Buitrago. ¿Sabe algún segoviano a que Buitrago alude? Lo diré. No es a la villa madrileña de ese nombre sino a unos hermanos represaliados por quienes vencieron en Villalar, vecinos de la casona isabelina que tiene los escudos picados. Yo recomendaría a nuestro Ayuntamiento, que tanto lío de cambios de nombres de calles se ha traído que cambiara el de “calle Buitrago” por el de “calle de los hermanos Buitrago” o “calle de los comuneros Buitrago”. Más claro y más justo.

PLAZA DE SOMORROSTRO
Separado de la plazuela de Santa Eulalia por una manzana de casas, hay otro espacio en el que el Ayuntamiento, que al final atendió la petición de los vecinos de la barriada y construyó el mercado pedido en 1884. La obra empezó en 1941 de acuerdo con los planos del arquitecto municipal, Silvestre Pagola, y el mercado se llamó “de Muerte y Vida”, por hallarse el punto final de la calle de este nombre.

10 Santa Eulalia Somorrostro
Vista del mercado de Muerte y Vida. Archivo Municipal.

 

Las diferentes tiendas o puestos se abrían al interior, quedando el conjunto cerrado a las calles Buitrago y Puente de Muerte y Vida, que cada día necesitaban mayor anchura ante el crecimiento del tráfico automovilístico. La solución que se adoptó fue drástica: derribar el mercado y dedicar el espacio a una pequeña plaza y a una rotonda.

11 Santa Eulalia Somorrostro
Árboles en la Plaza de Somorrostro. Foto: JMS.

 

En lo que fue el interior se ha puesto un parquecito infantil; en el exterior, dibujando lo que fueron los muros, fresnos, lairones y tilos plateados; en la rotonda, un esbelto arce japonés, y el piso se señala con un diseño marcado por césped y adoquines de granito. El espacio que se ofrecía cerrado ahora es luminoso. Todo un acierto.

—
*Académico de San Quirce
porunasegoviamasverde.wordpress.com

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