Un total de 84 castellanos y leoneses se benefició en 2022 de la última resolución del programa de ayudas de la Junta al retorno a la Comunidad, que fue dotado de un presupuesto de 303.700 euros, para atender a todas las candidaturas presentadas que cumplieran las condiciones establecidas.
Uno de estos beneficiarios fue Yeray Pescador, un joven ingeniero mecánico burgalés de 32 años que entre 2017 y 2020 trabajó en Holanda y Alemania, en empresas del sector industrial. Pese a lo enriquecedora que resultó su experiencia en estos países europeos, Yeray siempre tuvo claro que deseaba regresar a Los Balbases, su localidad natal. Gracias a ‘Pasaporte de Vuelta’, Yeray consiguió una ayuda de 4.200 euros para hacer más fácil su proceso de retorno, una aspiración que siempre tuvo desde que salió a recorrer Europa: “Somos las personas que traen la experiencia de fuera, y eso nos convierte en líderes de esa mentalidad abierta: hemos aprendido fuera y queremos aplicar ese conocimiento en nuestro entorno para ayudar a frenar la despoblación”. Yeray tiene una mentalidad positiva y pone de relevancia aspectos que hacen de Castilla y León una comunidad idónea para residir, como la alta inversión que se realiza en I+D+i o la riqueza de su entorno natural.
Actualmente, Yeray trabaja en la Universidad de Burgos y su actividad investigadora gira en torno al emprendimiento y a las posibilidades, amplias según su valoración, que ofrece Castilla y León para el sector tecnológico.
Los beneficiarios del programa ‘Pasaporte de Vuelta’, tal y como expresa Yeray, han creado unos “lazos fuertes” entre ellos, basados en un sentimiento común de pertenencia a la Comunidad. Esta identidad compartida es uno de los puntos fuertes de los castellanos y leoneses que residen en el exterior, y uno de los pilares sobre los que la Consejería de la Presidencia construye sus proyectos en otros países.
Otra de las beneficiadas por estos programas de la Junta es Wendy Llamas, joven cubana con nacionalidad española, que entró en contacto con la cultura zamorana y castellana y leonesa gracias a la Casa de Zamora en La Habana.
En 2016, tras resultar premiada en varios concursos organizados por las casas regionales de Castilla y León en Cuba, Wendy tuvo la oportunidad de viajar a Castilla y León y visitar Bretocino, la localidad zamorana de la que su bisabuelo, que tuvo que emigrar a La Habana, era originario. De esta forma, Wendy comenzó a establecer los vínculos que culminaron con la localización y el encuentro de una parte de su familia, con la que hasta ese momento no había tenido ningún contacto. Estos fueron los inicios del arraigo de Wendy en la Comunidad, un sentimiento que ella siempre reconoce haber albergado en su interior, pese a no haber conocido sus raíces de forma presencial hasta los 21 años. Tras este contacto, Wendy regresó a Cuba, finalizó sus estudios de Arquitectura, y gracias a una de las becas de la Junta de Castilla y León para cursar estudios de posgrado volvió a España para realizar su máster en Ingeniería Ambiental, que ahora está finalizando. Desde entonces, Wendy reside en Castilla y León junto a su madre y su marido, y compagina su labor académica con su trabajo como ingeniera para la industria automovilística.